ILSE VAN GOGH

10 February 2020 Texto: Ana D La Luz.

           Ilse nació en Uden, un pequeño pueblo situado al suroeste de Holanda y es la más pequeña de cuatro hermanos —uno de ellos es su mellizo. Según nos cuenta: “Crecimos jugando mucho fuera en el campo detrás de nuestra casa, y por ejemplo en la granja de unos amigos cercanos de mis padres. Siempre me ha gustado pasar tiempo fuera en el aire libre. Mis padres tenían huerta y  también unos árboles  frutales”. Su vida ha estado, como podemos comprobar, íntimamente relacionada con la naturaleza cotidiana. Después de mudarse a Nijmegen para terminar sus estudios como trabajadora social cultural, comienza a estudiar el Bachillerato de Arte. En ese momento conoce a un chico de Estepona, que la llevará años después a vivir allí.

 

 

            Su interés por el mundo de la fotografía surge después de comenzar a estudiar Arte para convertirse en profesora: “Fue amor a primera vista. Revelar los carretes en total oscuridad, manejar los líquidos y ver aparecer una imagen en el papel era algo muy emocionante para mí (…). La fotografía es una manera de escapar y buscar el silencio y la serenidad. No me dedico profesionalmente a ella. Aunque he tenido la ocasión de hacer diferentes proyectos interesantes, los cuales me han ayudado aprender más que solo fotografía artística, que es lo que más me gusta en realidad”. Para ganarse la vida, Ilse trabaja como cocinera, su otra gran pasión. Combina, pues, el ajetreo propio de los fogones, con ese silencio tan íntimo que le supone la fotografía.

 

 

            El medio que más le interesa es el analógico, ya que, según nos dice: “Hoy en día estamos acostumbrados a la vida rápida, los resultados/placeres instantáneos. Todo tiene que ser rápido y fácil. La fotografía analógica es todo lo contrario, te obliga a frenar y a pensar un poco más en lo que quieres plasmar como resultado.  Hasta que redescubrí las cámaras analógicas me dediqué a  hacer las fotos con una DSLR Nikon”. A día de hoy, suele realizar sus proyectos con una cámara de formato medio japonesa de los años sesenta, herencia de su suegro.

 

 

            En 2016 realiza un curso de Especialización Fotográfica Contemporánea de la mano de Eduardo D’ Acosta. La figura de este profesor la motivó, otra vez, a seguir indagando en los senderos del mundo de la fotografía analógica. Cabe decir que, gracias a este curso, se abrió al mundo académico de la fotografía y conoció multitud de perspectivas a través de la obra de diversos artistas, como pueden ser: Hellen Van Meene, Rineke Dijkstra, Alec Soth, Robert Mapplethorpe, Laura Letinsky, etcétera.

 

 

            Cuando le preguntamos por su metodología de trabajo, nos contesta: “La mayoría de las fotos las hago alrededor de mi casa. Mi hijo es el protagonista principal en mi vida siendo madre. Hacer retratos de mi hijo es una forma de documentar su crecimiento. Cuando busco imágenes a mi alrededor intento hallar silencio, calma, y me gustan, sobre todo, las sombras. Me fijo mucho en  la calidad y el ambiente que da la luz en ese momento. Normalmente prefiero la hora del atardecer, que se suele llamar la “Golden hour”.  Los retratos que tengo de personas han sido, sobre todo, espontáneas y porque tenía la cámara cerca (…). Los bodegones que hago me recuerdan a lo que estudié en Holanda, con las pinturas y la Historia del Arte. Intento conseguir imágenes similares, pero con la fotografía. Me da mucho placer. Busco objetos que coloco de cierta manera, me fijo en la composición, los colores de ese momento y contrastes; es como si los retratara pictóricamente”.  Los jardines salvajes o visitar casas abandonadas son algunas de sus predilecciones. Otra fuente de fascinación de Ilse son las caras, ya que en ellas se intuye perfectamente el paso del tiempo: Las caras son algo que siempre va cambiando en una persona. Cuando haces un retrato, capturas un instante. Dicho instante es mucho más perceptible en un porque crecen y cambian a mayor velocidad. Advierto aquí una sensación de trascendencia, ya que nada es para siempre”.

 

 

            De su participación en el fanzine de “2Pàjaros”, nos duce que conoció a Antonio Rando y a Miguel Torés del Colectivo Cirkadian durante el propio curso que realizó en 2016: Ambos estuvieron presentes cuando presentamos nuestros proyectos finales de curso, así que pudieron ver mi serie de retratos de madres lactantes. Les gustó mucho mi trabajo y me preguntaron si quería participar en su fotozine de mujeres fotógrafas. Para mí ha sido una oportunidad importante poder publicar mi trabajo, ya que es la primera vez que participo en un proyecto como éste. Me hace mucho ilusión ver mis fotos publicadas juntos con otras artista, así como también viajar por toda Andalucía para presentar esta publicación”.

            En último lugar, cabe resaltar que utiliza un scanner “Epson v600” para escanear sus negativos y después las sube a “Lightroom”. Nos cuenta que no suele editar mucho sus fotografías: lo que ha aprendido con el paso del tiempo es que una buena foto no requiere, normalmente, de edición.

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