Flama

7 April 2013 Texto: Estefania Lara Fdez.

Natural Surfing Evolution es el concepto que resume la filosofía Flama y, sobre todo, la de la persona que hay detrás de este proyecto. Y aunque en el mar nunca debemos remar contracorriente, en la vida, Sergi Galanó ha escogido una dirección opuesta al mundo de hoy convencido de que repercutirá en positivo no sólo en el surf, sino en la conciencia de la gente que se interese por lo que hace. Eliminar casi al 100% el uso de químicos contaminantes en el proceso de fabricación de una tabla le permite vivir en armonía con la naturaleza y consigo mismo, pues explota su personalidad creativa e inquieta llevándola hacia lo que le hace realmente feliz, crear de forma consecuente con sus arraigados principios.

Mi nombre es Sergi Galanó y tuve la mala fortuna de nacer en el Mediterráneo, en el que pese a lo que se diga, no hay olas. Sin embargo aquí empecé a surfear hace veintitantos años y nunca más pude dejarlo. Flama es mi último proyecto, la consecuencia lógica después de que mis distintas pasiones e intereses confluyeran de repente en un único proyecto. Construyo tablas de surf de madera 99% orgánicas (es decir, sin laminar) a partir de un sistema constructivo que me permite comercializar tanto tablas acabadas como blanks custom para que cada cual se shapee su propia tabla.

Siempre me había atraído la idea de fabricarme una tabla, pero el proceso de laminado, la resina, la química, me echaban para atrás. Llegué a fabricarme una tabla de madera de ágave o pitera pero, al igual que el resto de sistemas de construcción con madera, tuvo que ser laminada con fibra. Cuando descubrí la madera de paulownia, que es resistente al agua, tuve claro cuál iba a ser mi obsesión durante los próximos años: construir una tabla 100% orgánica.

Flama es sinónimo de madera, y una tabla de madera es mil veces más bonita que una de plástico. Aunque yo no persigo ningún objetivo estético y, sinceramente, preferiría que mis tablas fueran valoradas por su funcionalidad, antes incluso que por sus beneficios medioambientales. Con todo esto mi mayor temor es que me identifiquen con esa tendencia eco-fashion que se ha puesto tan de moda últimamente.

Creo en la evolución, aunque las revoluciones son necesarias muchas veces. Evolucionar supone adaptarse a nuevos escenarios, mudar de conductas, propósitos y actitudes. Por eso el lema de Flama es Natural Surfing Evolution! Flama supone el retorno a las raíces del surf: hasta hace 60 años las tablas eran sólo de madera y cuando morían volvían a la naturaleza sin dejar otro impacto en el planeta que la diversión que habían proporcionado. Tras la introducción del poliuretano y la fibra de vidrio el surf dejó de ser un deporte “ecológico”, convirtiéndose en un monstruo productor de desechos imperecederos y contaminantes a imagen y semejanza del resto de la sociedad.

Durante las últimas décadas hemos exprimido los recursos del planeta hasta casi cargárnoslo por completo. Así que, a partir de ahora, el único modo posible de proceder en un mundo con escasez de recursos será minimizándolo todo, desde el modo como vivimos hasta el qué y cómo lo producimos. La escasez de recursos convertirá el ecologismo y la sostenibilidad en valores perseguidos por todas las empresas, no ya por cuestiones éticas o filosóficas, sino porque serán sinónimos de rentabilidad económica. Y las pequeñas empresas, los artesanos, las iniciativas locales, serán las que más rápido se adaptarán a este nuevo escenario.

Desde que empecé con Flama me dedico principalmente a hacer tablas de surf, aunque ya han salido del taller algunos skates de madera, handplanes, e incluso una mesa con forma de tabla! Con Montjuich Surfboards replicamos una Simmons de 8 pies de los años 1950 (la época en que se empezó a utilizar la fibra de vidrio) y, para nuestra sorpresa, la tabla resultó ser un auténtico torpedo y una de las tablas más divertidas de surfear que hayamos probado nunca.

Aunque soy diseñador gráfico de profesión, tras 10 años lo dejé, harto de tener que aguantar los “nomegusta” de los clientes. Con el tiempo descubrí que, en realidad, lo que necesito para ser feliz es crear; ya sea a partir de píxeles, notas, madera o metal; la cuestión es crear. Lo genial de Flama es que ahora creo sin parar; invento, diseño, fabrico, surfeo, viajo e incluso compongo la música de mis vídeos. Vamos que, si además consigo vivir de esto, ya será la panacea.

Cuando trabajo me inspiran muchas cosas, pero en cuanto a música, me apasiona especialmente la creatividad desbordante de Radiohead, aunque suele gustarme cualquier cosa que me sorprenda y no le hago ascos a ningún estilo. Lo mío con la música es puramente visceral.

Como la visión desde el interior del tubo, esa sensación única… creo que son las responsables de mi adicción al surf. Tocaré el cielo el día que alguien me diga que se pegó el tubo de su vida surfeando una Flama.

 

 

www.flamasurf.com

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