PELICAN “NIGHTTIME STORIES”

1 July 2019 Texto: Pedro Rodríguez Ruiz. Fotografía: Archivo.

Nuevo disco de Pelican. Esto ya es motivo de celebración. Ni el cumpleaños de tu madre ni el de tu primer sonrosado hijo. Admítelo. Aunque en toda tu vida solo hayas escuchado tres canciones de Pelican. Después de la primera, las demás son vicio. La tierra, el cielo, el corazón de la persona que más deseabas en tu infancia… todo esto se ha abierto de par en par y ha salido este nuevo álbum: Nighttime Stories (Southern Lord Records).

Si hay alguien nuevo vamos a hacer el resumen: Pelican es una banda instrumental de post rock con raíces en el metal (pero esto lo olvidarás pronto porque nadie suena como Pelican) y elaboradísimas melodías. Son de Chicago y llevan hirviendo cerebros desde antes de 2003. Sus discos son Australasia (una revolución), The Fire in Our Throats Will Beckon the Thaw (crudeza), City of Echoes (trascendental), What We All Come to Need (elegancia) y Forever Becoming (fuego en el cielo). Y sin olvidar Eps como Ataraxia/Taraxis. Si tienes que grabarte unos pocos temas, ahí estarán: Inmutable Dusk, the Creeper, Lathe Biosias, Drought, Last Day of Winter, Bliss in Concrete…

Ahora, “Nighttime Stories”…. Cada átomo vibrando en el aire sobre cada nota es pura esencia de Pelican. Cada vez me convencen más del perfecto equilibrio que hay en sus composiciones. Es un sonido a veces delicado, como motas de polvo subiendo por el aire moviéndose en hilos de luz. Y al segundo siguiente cada mota de ese mismo polvo son el cielo rompiéndose en rocas sobre ti. El paso entre WST a Midnight and Mescaline (primer y segundo tema) tienen el equilibrio universal entre la belleza y la fuerza. Ya no es una cuestión de virtuosismo en el sonido de las cuerdas. Pelican no es para nada una sucesión de imposibles virtuosísticos, ni un grupo de brillos de solistas. En su lenguaje musical, afinan la composición, su propia narración musical con un cromatismo perfecto de melodías y riffs. Esa es su genialidad. Y su personalidad, siempre presente y brillante. Como Abyssal Plain, cuando el tema arranca estas andando por un pequeño trance, las baterías te empujan, el trance vuelve y parece más opresivo, el acorde se abre… repiquetean las baquetas en un plato y los efectos abren el espacio del tema, no lo sabes pero ya estás atrapado porque el tema va explotando y colocándote en el centro del tornado.

Es una sucesión incesante de emociones sonoras. It Stared at Me te repliega a un espacio onírico, y luego Nighttime Stories te atrapa en la locura oscura de un sueño. Su producción está cuidada al milímetro. La colocación de los instrumentos, sus efectos, el bending semi aislado, el rasgeo mantrico… cada voltaje eléctrico es música.

He de confesar una cosa, Pelican apasiona y frustra a la vez. Su música te llena el cuerpo de fuertes historias sin palabras. Es puro lenguaje musical. (10).

 

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