D. Dreucol presenta: TAPICERÍA JUAN LUIS

1 December 2023 Texto: Juan Antonio HR. Fotografía: Juanjo M. Fuentes.

Hace tiempo que Málaga fue bautizada como “La Ciudad de los Museos” y desde entonces una serie de amplios procesos de transformación social la convierten en un foco de atracción turística mundial. Usando como reclamo, entre otros elementos, el arte, ha puesto a producir a sus ciudadanos como extras en este gran parque temático de la “cultura”. En el escaparate de muestra al mundo que es el centro de la ciudad, las luces iluminan sus calles, plazas y avenidas hasta deslumbrar a sus visitante. Cines, teatros, centros de arte, museos, galerías… copan la oferta cultural de la ciudad hasta el punto de desbordar su agenda. Poles en parrillas expositivas, rimbombantes inauguraciones, festivales sin parangón, continuadas visitas ilustres y un sinfín de eventos anunciados “a bombo y platillo” hacen cuanto menos mantener una actitud escéptica, cuando no sospechar de que no parece haber suficiente demanda ciudadana para cubrir tan vasta oferta cultural.

Como en una fotografía, toda esta imagen de la Málaga de relumbrón produce consecuentemente su negativo. Otra ciudad asentada en la penumbra. Mientras las miradas atrapadas como mosquitos acuden a la luz del gran neón del espectáculo, otra Málaga surge como consecuencia en la sombra. Barrios y ciudadanos anónimos que, habitando fuera de foco/del foco, padecen las consecuencias (desplazamiento, marginación, precariedad, abandono, desatención, especulación…) de aquellos otros fastuosos despliegues de medios. Artistas y exposiciones hablan de esa ciudad que surge en los márgenes. Y es aquí el lugar en el que toma cuerpo el último proyecto del artista D. Dreucol, TAPICERÍA JUAN LUIS.

 

 

– ¿Puedes explicarnos qué es “TAPICERÍA JUAN LUIS”?
Es una exposición de carácter artístico situada en el propio espacio donde la historia que se cuenta ha tenido y tiene lugar, la antigua tapicería de Juan Luis. Nace de un encuentro fortuito entre ambos hace hoy más de 8 meses.

– ¿Cuál fue la razónes que te llevaron a emprender este proyecto?
Primero, la sorpresa. Y, después, la curiosidad. Durante un paseo cotidiano me topé con una fachada abarrotada de carteles de denuncia. No sabía muy bien qué se denunciaba, pero me llamó poderosamente la atención el aspecto formal de aquello: la composición, las tipografías, las expresiones empleadas, los materiales precarios … Ese mismo día comencé a hablar con su autor, Juan Luis. Desde un primer momento supe que había una historia interesante que contar.

 

 

– ¿Quién es Juan Luis y cuál es su desempeño dentro de un proyecto artístico centrado en sus circunstancias?
Su biografía es la de tantas personas humildes que emigraron de los pueblos a las ciudades en la época de la dictadura franquista. Las penurias y los traumas son recurrentes en su vida. Su historia parece torcerse, definitivamente, cuando pierde su tapicería. Le diagnostican, entonces, un trastorno de la personalidad, y empiezan los problemas familiares. Sus luchas -justas o no- dan sentido a su cotidianidad. Así, Juan Luis comienza, por pura necesidad personal, a expresarse plásticamente y exponerlo en el espacio público.
Su papel en este proyecto es, por un lado, ser el leitmotiv del mismo. Y, por otro, trabajar, activamente, tanto componiendo parte de la exposición, como incluyendo nuevas piezas, que, durante el proceso, hemos creído conveniente generar. Mientras yo, obviamente, me muevo en el ámbito del arte contemporáneo, él lo hace todo a partir de una pulsión creativa elemental y funcional que está alejada de cualquier intención artística. Es un ejemplo evidente de arte bruto. Un arte alejado de lo banal -del mercado, de la popularidad-, que se centra en cuestiones que implican consciente e inconscientemente una enorme cantidad de capas de contenido.

 

 

– Me gustaría preguntarte sobre el tema del autor y la autoría de la obra expuesta ¿Quién y cómo se produce la obra de este proyecto?
Yo diría que este es un proyecto en el que hay dos autores a partes iguales. Es decir, no es un proyecto en el que se cuente la historia de determinada persona y ya; sino que esta persona ha estado en todo momento trabajando junto a mí -o yo junto a él-, tanto en el proceso de montaje, como en la producción. Es cierto que yo siembro la idea de generar una exposición -que, por otro lado, él ya venía produciendo a su manera-; pero, a partir de ahí, todo ha ido desarrollándose de forma conjunta.

– Parece paradójico, pero respecto al trabajo de Juan Luis… ¿cabe la posibilidad de que lo que describes como un trabajo plástico, artesanal y naíf sea, al mismo tiempo, bálsamo y veneno para su autor? ¿Aquello que lo alienta a la vida es también lo que se la quita?
Totalmente. El trastorno que le fue diagnosticado es del tipo paranoide querulante. El sujeto cree estar siendo constantemente humillado o injuriado. La razón de su vida es luchar, pero ¿contra qué? Posiblemente, en el fondo, esté luchando contra sí mismo, pero también contra la sociedad que lo aparta o lo excluye al no comprenderlo, al evitarlo. El drama de esta enfermedad es que, en el caso de que se esté cometiendo una injusticia real, es difícil que alguien te tome en serio. Es como en la fábula de Esopo. De ahí el concepto de indefensión, que él denuncia constantemente. Es por esa razón por la que un caso así puede ser más doloroso que otros, en los que un estado mental no normativo se aprecia de un modo más histriónico.

 

 

– Otro de los temas podría ser una estética compartida entre ambos. He querido ver cierto exceso y pobreza. Por una parte, intencional en tu obra e inevitable en el trabajo de Juan Luis ¿Es posible que las formas de arte/artesanía que ambos ponéis en practica tenga más que ver de lo que se percibe a simple vista, como si se difuminara el límite entre la obra de arte y el objeto mercancía? ¿Es algo intencionado o casual?
El interés que antes he comentado que me suscita la instalación de carteles en su fachada a primera vista es, precisamente, porque lo entiendo como algo familiar. Es una forma de trabajar que siempre me ha interesado. Soy un artista que he centrado mi interés y mi producción en el entorno urbano, de forma independiente, desde muy joven. Es normal que valore la economía de medios.
En cuanto al objeto mercancía, es evidente que Juan Luis nunca ha tenido en cuenta ese tema, y eso le permite centrarse en otros aspectos, que, como yo, entiende que son más relevantes que generar productos de consumo.

 

 

– Toda la muestra parece tener un marcado sentido poético.Un antiguo tapicero de barrio que cubre la fachada de su casa como si de un muro tapizado se tratara. Paredes abarrotadas de documentos cual galería decimonónica. Conversaciones superpuestas formando una maraña de información incomprensible… ¿Has descubierto algo entre la biografía de Juan Luis y la forma de materializar su trabajo?
Es un caso en el que existe una coherencia total entre su personalidad y la manera de expresar plásticamente sus sentimientos, emociones o preocupaciones. Todo lo que él ha realizado para la exposición se ha fabricado a partir de materiales reciclados procedentes de contenedores de basura, tanto de su calle, como de las adyacentes. Juan Luis apenas sale más allá, por lo que su contexto espacial define su producción, al igual que su historia personal define su presente. Ese localismo me interesa mucho, pienso que hay verdad ahí.

– Sobre el contexto y la localización. ¿Por qué decidiste llevar el proyecto del antiguo tapicero en su casa/taller del bario de El Molinillo en Málaga?
Cuando empecé a hablar con él y a pensar en su historia, en el modo de contarla, nunca me planteé ninguna otra opción que no fuese realizar la exposición en su domicilio. Siempre pensé que ir a su barrio, a su casa, era parte de la obra. Para comprender este proyecto, el espectador debe experimentar lo que es entrar a esta residencia particular. En ningún otro sitio podría recibir mejor esta historia que allí mismo. A diferencia de una muestra en una galería o en un museo, en este caso quien te recibe es el protagonista de la exposición, y en donde te mueves es en el lugar de los hechos. Quizás te cruces con sus vecinos, o te invite a una cerveza, nunca se sabe. Aquí no hay cubo blanco. El contenedor y el contenido son la obra a partes iguales.

 

 

– Siendo una casa particular y saliendo del protocolo de visitas del circuito de galerías, museos y salas de exposiciones ¿Cómo se hacen las visitas a la exposición?
Hemos decidido poner un horario en el que él se ha comprometido a recibir a las visitas. De jueves a domingo de 11 a 13 y de 17 a 20. De cualquier manera, él suele estar en casa habitualmente… Además, cada cierto tiempo realizo visitas guiadas personalmente.

– En la primera estancia de la exposición se presenta algo así como el caótico “almacén de trapero” del que Benjamin decía que es la memoria. Una ingente cantidad de documentos (carteles publicitarios, cartas manuscritas, citaciones jurídicas, informes médicos, fotografías, pequeños textos reivindicativos que reclaman justicia ante la mentira, la indefensión o el desamparo…) pegados con adhesivo en cartones sobre las propias paredes de la habitación y cronológicamente “organizados” ¿Cómo enfrentaste esta parte del proyecto?
Fue la primera sala que concebimos. La idea vino de que él ya tenía algunos documentos pegados en la pared de lo que entonces era su salón. Pensé que todos esos documentos que me había mostrado archivados cuidadosamente en carpetas podrían comprenderse mejor organizándolos en la pared. Mi idea inicial era mucho menos espectacular, pero al cabo de unos días fui dándome cuenta de que su capacidad era enorme, y con cierta compulsividad fue cubriendo todo el espacio. Lo interesante es que esta primera sala está en movimiento, puesto que él no ha dejado de cambiar o modificar documentos, incluso. Una vez inaugurada la muestra. Pasa lo mismo con los carteles de la fachada. Va variando porque la historia está viva.

 

 

– La segunda estancia está compuesta de una serie de obras realizadas entre ambos. ¿Qué obras conforman esta segunda sala? ¿Cómo llevaste a cabo el proceso creativo? ¿Cómo fue el proceso para decidir las obras a exponer? ¿Qué te motivó a realizarlas al alimón con Juan Luis?
Todo el proyecto ha ido conformándose armónicamente. Es una de las ventajas de no trabajar con los tiempos establecidos que suele dictar la práctica profesional. Cuando pensamos que la primera sala se quedaba pequeña porque queríamos mostrar más material, incluimos un segundo espacio. Durante la investigación, observé que Juan Luis no solo había creado carteles en todo este tiempo, sino que también había hecho muñecos empleando el relleno de los sofás, materiales de su oficio de tapicero … Además, también tenía dibujos, y muchos otros restos de carteles que a mi me resultaban muy interesantes. Le propuse enmarcarlos -con marcos reciclados que él tenía por casa-, y así conformamos una de las paredes. El resto surge de piezas creadas expresamente para la muestra, hay algunos dibujos en los que reinterpreto su lenguaje, pinturas murales que representan hechos que él quería destacar … Incluso, exponemos el vídeo de una acción en la cual lo acompañé a manifestarse, frente a un bufete de abogados, portando un biombo artesanal con decenas de documentos, que después le fue sustraído por la policía local.

 

 

– La tercera, es una pequeña sala de proyección. Tras cruzar unas cortinas negras encontramos un primer plano de la cara del tapicero al tiempo que oímos una serie de diálogos superpuestos incomprensibles. De nuevo, una gran cantidad de información expuesta sin orden ni concierto que parece rimar con el contenido de la obra de la primera sala. ¿Se cierra el circulo generándose un loop artístico/vital? ¿Apunta a una continuidad de arte y vida?
Exactamente. Durante todo este tiempo he ido guardando muchísimos vídeos y audios de mis conversaciones con él. Entre toda esa información es muy difícil aclararse, y habría hecho falta una planta del Reina Sofía para disponerla. Así que pensé que la mejor solución era comprimir todos esos audios en uno solo, y que el espectador los recibiera a través de un vídeo en el que Juan Luis nos mira, y en el que todas esas conversaciones, esas historias, resuenan superpuestas. En realidad, ese caos expresa bastante bien la cantidad de información, en ocasiones, inconexa que he ido recopilando a lo largo del proceso.

– Para finalizar ¿Se han quedado trabajos fuera del proyecto? ¿Porqué?
Se ha quedado muchísimo material sin exponer. La primera razón es que hay un espacio limitado, y la segunda es que, en algunos casos, no resultaba coherente. También hay documentos que he preferido no incluir porque mostraban imágenes que implicaban a otras personas.

 

 

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