Algarve: el océano como protagonista

News / On the Road / Others

Algarve: el océano como protagonista

1 August 2023 Texto: Marta Álvarez Howard. Fotografía: Juanjo M. Fuentes, excepto indicadas * (archivo Tivoli Hotels and Resorts).

El Algarve es la región portuguesa preferida por viajeros de todo el mundo y no es de extrañar, sus playas de ensueño, paisajes escarpados, bonitos y coloridos pueblecitos, rica y variada gastronomía, tranquilidad, limpieza y seguridad, otorgan al sur del país vecino un encanto irresistible, convirtiendo esta zona, es un espacio tan cosmopolita como tradicional y es que los portugueses han sabido muy bien cómo llegar a todo el globo llevando por bandera lo que mejor tiene cada uno, a sí mismo.

El Algarve es conocido por sus playas y acantilados, desde donde se pueden ver los atardeceres más impresionantes de la península, pero también destaca por su pasado histórico, con castillos y pueblos de reminiscencias árabes en la costa y otros en el interior rural, rodeados de una gran flora, higueras, olivos, almendros y demás productos. Se trata de un tierra amable, relajada y muy rica en su gastronomía, que aunque clasificada como mediterránea, tiene una gran influencia de de las ex colonias portuguesas de Asia, África y América, sobre todo en el uso de las especias, que incluyen el piri piri, el pimentón y la canela. Por otro lado, existen también influencias de la cocina cocina marroquí. Desde los fenicios y cartagineses hasta los romanos, visigodos y árabes, distintas civilizaciones hallaron en este lugar del sur de Portugal una zona para ubicarse y prosperar.

Espigón Marina de VIlamoura

Playa de Falesia

A una hora escasa de la frontera con España en coche encontramos Vilamoura, se trata del mayor complejo turístico privado en Europa y uno de los más exclusivos de Portugal que se ha desarrollado en torno a un pequeño puerto, flanqueado por playas de arena y cerca de las ruinas romanas de Cerro da Vila. En la época romana este lugar era importante en la producción del “garum”.

En el corazón de Vilamoura se encuentra el puerto deportivo, situado en una zona con hoteles y casas de vacaciones. Podemos afirmar que el Tivoli Marina Vilamoura, es sin duda el emblema de este complejo. Se erige robusto y solemne frente al puerto deportivo haciendo las delicias de sus huéspedes, con su monumental piscina, habitaciones con vistas al mar, spa y gimnasio, donde es fácil olvidar la actual pandemia, hasta el momento en que observas la dinámica de todo el personal cumpiendo al extremo las medidas higiénicas y de seguridad, lo que hace aún más si cabe, poder disfrutar de una estancia de lo más relajante. Además de todos los servicios y comodidades que ofrece, recientemente estrenan cafetería en el hall del hotel, donde degustar cafés y dulces exquisitos.

Y como de relax y disfrute se trata, este hotel cuenta además con el exclusivo beach club Purobeach Vilamoura, donde poder disfrutar de los majestuosos atardeceres del atlántico, bebidas y un dj que ameniza la estancia y por si fuera poco, un restaurante Pepper’s Steakhouse. Aún sabiendo que Portugal es famoso por sus pescados y mariscos, este restaurante satisface los paladares más exquisitos, donde carnes de todo el mundo, se maridan con los mejores vinos nacionales.

Tivoli Marina Vilamoura / Steak House *

Tivoli Hotel Vilamoura

Vilamoura no solo promete lujo y exclusividad, sus playas y entorno ofrece multitud de actividades para el ocio y disfrute, desde dar largos paseos observando la estela del lujo que dejan sus visitantes, ir de compras, hasta practicar deportes como el running, saltos acrobáticos al mar, skate, largos paseos, y como no, el surf, la estrella de los deportes del territorio luso. La playa de Falesia es perfecta para iniciarse en deportes de agua y tablas como el surf o el paddle surf. La escuela VSP es un referente de la zona.

En el lado opuesto y para los viajeros más curiosos, una opción para entrar en contacto con el Portugal más local y menos turístico de la zona, es visitar Quarteira. El paseo en bici hasta este pequeño pueblo, lindante con la Marina de Vilamoura es muy atractivo. Guiados por el carril bici nos vamos adentrando en el pueblo, donde nos recibe a la entrada el Skate y Park y varios murales de graffiti, que acaban mezclados con los más autóctonos, siendo el nexo perfecto para la puerta de entrada al pueblo. Quarteira es, como no podía ser de otro modo, un pueblo de pescadores, que tiene como carta de presentación el mercado de pescado y sus bares colindantes, donde los lugareños se encuentran, conviven y negocian en torno a las artes de la pesca. Su barrio pesquero lo delata, se palpa su idiosincrasia.

VSP – Vilamoura Surf School

VSP – Vilamoura Surf School

Volviendo a Vilamoura y a pesar de que cuenta con una gran zona comercial y de ocio, no encontramos tiendas de surf y skate, aunque sí las encontramos en Portimao, reconocida como la Mejor Ciudad Deportiva Europea 2019 por la ACES Europa (Asociación de Ciudades Deportivas Europeas). Eso sí, al pasear por sus calles, nos topamos con rincones idílicos que merecen ser visitados como el Patio de las Artes.

Al igual que en Vilamoura, el hotel Tivoli Marina Portimao, es un gran protagonista en la Marina de Portimao, como si de un recinto de casas bajas se tratara, este hotel cuenta con un propio paseo a pie del puerto deportivo donde la actividad deportiva a lo largo del día es la propia de un lugar de vacaciones, tranquilidad, descanso y ambiente familiar son la premisa.

Llama la atención, que a pesar de ser una ciudad referente del turismo de la zona, la mayoría de su actividad turística, se concentra en las playas y puerto deportivo, desde el que se puede ver Ferragudo, una pequeña localidad pesquera perteneciente al concelho de Lagoa que se sitúa a orillas del río Arade, donde se forma un estuario y donde a su vez las salinas delatan la actividad económica de parte de la zona. Se trata de un precioso pueblo en el que su casco viejo aún conserva el trazado original de sus callejuelas estrechas sin ningún tipo de orden y que llegan hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. En sus casas encaladas de un blanco, destacan con los rojos de las buganvillas de sus fachadas.

Pescadores Quarteira

Una de las ventajas de Portugal es la cercanía de sus lugares, sólo basta coger el coche y dejarte llevar por sus carreteras, las cuales te van descubriendo a su paso rincones idílicos y pueblos de postal, como Burgau, un colorido y pintoresco pueblo de pescadores de la costa vicentina, que pone a prueba las piernas de los que lo visitan con sus empinadas cuestas.

Si has estado antes en en Algarve, habrás visitado Sagres y si no, debes hacerlo. Sagres es el paraíso surfero por excelencia del Algarve y es justo aquí donde sus acantilados y escarpados países pulidos por el viento, se elevan a su máxima potencia. A escasos 7 kilómetros está El Cabo de San Vicente, el punto más occidental de Europa, guardado por un faro y por una cercana fortaleza. Es en la fortaleza del Cabo de San Vicente, donde nos topamos con dos intrépidos paisanos que lejos de practicar surf, se encontraban en pleno viaje en bici, su objetivo completar la península a través de la ruta “EuroVelo”.

Esta punta de poderosos y rocosos acantilados batidos por el Atlántico fue una decisiva base para los navegantes portugueses en el siglo XV, donde además y gracias a sus escarpadas rocas, se puede comer la mejor morena frita de toda la costa, el Café Zambujo es el referente de este manjar.

Gracias a las condiciones climáticas de la mayoría del año, las pequeñas localidades del Algarve se mantienen alejadas del bullicio de las poblaciones de la costa, lo que las hace más atractivas aún, si es que se puede. Se dice que es donde el viento sopla más fuerte de todo el mundo, habrá que seguir recorriendo para averiguarlo.

No cabe duda que el océano es el protagonista y eso se ve en su orografía, se siente y se palpa en su gente, en sus costumbres, en su modo de vida y como no, en su gastronomía. Portugal es mágico, quien lo visita repite, ya que siempre y en cada ruta se descubre un mundo rural apenas alterado, es el escenario perfecto, equilibrio perfecto entre lo cosmopolita de sus visitantes y lo local.