Paloma es una artista malagueña, por eso está la sección de artistas del especial de Málaga. Pero no está aquí por el mero hecho de que sea artista, sino por su narrativa, que a mí me parece finísima. Su obra es muy corpórea y cálida, pero peligrosa. A mí, como espectadora, me alerta. Me marea el estómago. El mareo aparece primero y luego se pierde en la propia vibración que produce. La sensación que deja es una tensión que no revoca. Os dejo esta entrevista hecha para esclarecer.

En tu creación se produce una identificación del barro con el cuerpo y viceversa. Cuéntame un poco cómo es tu arte y qué diálogo se genera entre ambos elementos.
El barro es de por sí un material visceral y primitivo. La relación con él al manipularlo es muy carnal, se produce una relación muy íntima modelándolo. “Ella cambia como barro {bajo} el sello; y como vestidura se presenta”. Job.38:14
En mi obra, la arcilla se convierte en piel, en piel arquitectónica que recubre las paredes de la sala, que se pliega y se despliega, se adapta a ella y la transforma. Al esmaltar esta epidermis con motivos de encaje y lencería, se produce una erotización del espacio, tornando lo público en privado y viceversa.

Al observar tu obra he experimentado una sensación muy visceral. He visto el cuerpo por dentro como si lo hubiesen despellejado y dispuesto en una sala de exhibiciones. Para mí la creación nace de la carencia, de una herida que no cicatriza. ¿Cómo es para ti? Y sin embargo no he sentido el impacto visceral de forma inmediata porque tus piezas se introducen en el cuerpo de forma armónica; es decir, te desbaratan la cabeza una vez dentro, una vez han sido contempladas, porque a priori los colores, las texturas y las formas (en general) son agradables. Claro está que esto es una concepción personal y subjetiva. ¿Qué piensas al respecto?
Creo que, como comentaba anteriormente, esa relación tan íntima y visceral, debe transmitirse en la obra. En mi caso considero muy importante ese vínculo con mi trabajo. Siempre me ha interesado el tema del cuerpo, de mi cuerpo, y de los cuerpos en general. Sí que creo que la herida puede ser un buen punto de partida para producir, aunque no necesariamente el único, en mi caso es así. De pequeña era una niña con sobrepeso que no encajaba en los cánones de belleza que esta sociedad ha establecido, con lo que ello conlleva en una adolescente. Son este tipo de experiencias las que me hicieron ir obsesionándome poco a poco con este tema. En el caso de mi obra el cuerpo no está presente, pero se intuye a través de los pliegues, arrugas y volúmenes, que remiten a él. Vivimos en una colectividad en la que la estética del cuerpo es muy importante, el envoltorio es decisivo. Como bien apuntas, en mi obra ocurre lo mismo, son afables a primera vista, por su color, forma, tamaño, brillo de los esmaltes… pero remiten a cuerpos que se doblan, retuercen, se hinchan y deshinchan, padecen, viven y conviven. Esto es lo que genera extrañamiento, lo que hace preguntarse ¿qué ocurre con esos entes?

Háblame un poco de tu infancia y de cómo ha influido en tu labor creativa. Málaga, la zona del Oeste, el barrio… ¿qué dicen de ti?
En mi opinión, todo influye. Somos el conjunto de nuestras experiencias, de lo que hemos vivido y aprendido con ello. Me siento muy afortunada de haber nacido en esta ciudad, aparte de por la playa y el clima (todo hay que decirlo), ésta ha hecho que sea la persona que soy ahora. Siempre me ha gustado ser “del barrio”, creo que hay mucha vida en sus calles y esto te hace sumarte a ella y exprimir toda experiencia aún más. Estudié en el colegio e institutos de mi zona del Oeste, y cursé la carrera y Máster de Bellas Artes en Málaga. Esta Universidad me ha formado, me ha visto crecer a nivel profesional y personal, lo cual considero también muy importante, y gracias a la guía y el apoyo de profesores como Carlos Miranda, Carmen Osuna, Blanca Montalvo, Javier Garcerá o María Jesús M Silvente, he podido recorrer todo este camino tan intenso y enriquecedor que, considero, acaba de empezar.

¿Málaga te da lo que necesitas a nivel profesional?
Málaga me ha dado mucho. Para empezar me ha brindado la oportunidad de, como comentaba anteriormente, poder tener una muy buena formación. También he podido empezar aquí a desarrollarme profesionalmente como artista teniendo mi primera exposición individual en la Facultad de Bellas Artes de Málaga y realizando otras en diferentes espacios de mi ciudad. Pero es cierto que falta mucho por hacer. En primer lugar, creo que debería de apoyarse aún más el trabajo y la profesionalización de los artistas, brindando ayudas para que puedan tener sus propios estudios y talleres en la ciudad. Málaga se ha convertido en “la nueva ciudad de los museos” pero todo está orientado al turista. ¿Por qué se abren más museos y no más galerías que fomenten la venta de obra y el coleccionismo?

La atmósfera de tu obra es completamente voluptuosa. ¿Qué sentido tiene para ti la voluptuosidad?
La escultura es volumen. El cuerpo es volumen. De hecho, uno de los sinónimos que encontramos de la palabra volumen es cuerpo. Entiendo que no puedo hablar de él si no es a través del volumen.

El cuerpo es una transformación constante. La medicina lo modela, lo revierte, lo ensancha, lo estira, lo adelgaza… y homogeinizan los cánones de belleza. El cuerpo se convierte en una complacencia del ego. Sin embargo en tus piezas, que son una suerte de transformación corpórea, veo una llamada a la aceptación y a la diferenciación de los cuerpos. ¿Cómo entiendes este movimiento clínico de transformación con respecto a tu teoría corpórea?
En cierto modo yo, como artista, me convierto en este caso en la persona que transforma, manipula y modifica estos cuerpos a mi antojo. Cierto es que, en mi caso, se advierte una diferenciación, busco todo lo contrario, como bien apuntas. Creo que debemos aceptarnos más, el ser diferentes nos hace únicos. Si todas mis piezas fuesen iguales mi obra sería muy aburrida, a menos que esto tuviese una intención discursiva. Todas tienen un nexo común, igual que todos tenemos un cuerpo común, pero a su vez diferente al del resto. Aprender a aceptarlo, quererlo tal y como es, e incluso radicalizarlo, es lo que va a hacer que destaquemos pudiendo exaltar nuestra individualidad.

En la descripción de tu exposición individual “Clausa Corpora” reza esta frase: Expresar el misterio de la corporeidad, de la carne trascendida a representación. ¿Por qué la carne ha de trascender siendo representada?
Al cocer el barro lo blando se torna duro y, a su vez, éste, con sus pliegues y volúmenes, transforman lo duro en blando. Aquí la carne es el barro, por lo que su representación hace que el material transcienda y se comporte de manera autónoma. Esto es algo que me interesa bastante y me gustaría seguir explorando.

¿Es Málaga cuna de las nuevas generaciones artísticas o todos los museos son pura fachada turística?
En cierto modo, creo que ya he contestado a esto en una de las anteriores preguntas, pero, diría que ambas. Como digo, creo que de esta ciudad están saliendo muy buenos artistas, compañeros y amigos como José Luis Valverde, Javier Valverde, Victoria Maldonado, Delia Boyano, TimSam Harding, Julio Anaya, Alicia Dela Delos, Alejandro González Castillo… con un gran trabajo y proyección. El problema llega si hablamos a nivel laboral. Podemos decir que Málaga está repleta de Museos, pero los artistas que residimos en la ciudad tenemos que, en su mayoría, depender de otros empleos para poder continuar con nuestro verdadero trabajo, la producción, por lo que siento que fachada turística se acerca más a la definición, ya que se ofrece más al extranjero que al artista que vive y trabaja aquí.

Y, para terminar: ¿En qué estás trabajando ahora y qué quieres hacer en los tiempos que vienen?
Me encuentro en mi taller produciendo obra nueva. Ahora mismo estoy en esa etapa de exploración e investigación tanto teórica como plástica. Sí que tengo claro que lo que quiero seguir haciendo es poder, de una forma u otra, salgan exposiciones o no, tenga que tener otros empleos o no, producir.

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