Stephen Powers es quizás uno de de los artistas urbanos más influyentes de las últimas décadas. Pionero del graffiti, miembro de los Beautiful Losers, es fácil caer en en los adjetivos hiperbólicos para definir su trabajo. Desde los inicios de su trabajo donde por cierto estuvo editado fanzines y muy involucrado en la escena hxc, hasta la apertura de su propia tienda estudio, en él podemos ver la evolución de lo que ahora se denomina arte urbano, pasando de la persecución policial a un cierto reconocimiento institucional (claro que siempre que sirva para legitimar una marca de ciudad), ciudades que han visto como el graffiti se puede recuperar en el diseño de la ciudad capitalista donde el espacio público es cada día más pequeño y no hay sitio para las formas más creativas y espontáneas. Pero bueno, esto quizás sirva para otra reflexión.
En Espo hemos visto la evolución que ha tenido muchos escritores que han pasado de pintar furtivamente en una pared de tren a tener las puertas abiertas de las grandes maquinas de legitimación que son museos e instituciones. Con un trabajo muy reconocible y en cierta manera cercano al arte pop, ha sabido llevar su trabajo desde simples firmas furtivas a transformar en lienzos partes de la ciudad, consiguiendo en cierta medida transformar la percepción que tenemos de los grafitis, dándole un volumen que ya no está limitado por una pared, ahora la ciudad es una especie de lienzo (cosa que siempre se había dicho de los grafiteros, pero en el caso de este autor, lo ha llevado hasta sus ultimas consecuencias) en blanco para espo. Esto lo vemos claramente en su serie de Love letter to…, donde ha llevado esta forma la idea de transformar la ciudad en un grafiti, donde frases e ideas se tornan en un discurso que se encarna en algo material, que en cierta forma hace visible una especie de subtexto que emerge desde lo profundo del ladrillo.
Esas formas de intervención masiva se ha convertido es una especie de estilo, donde los edificios se convierten en signos de puntuación, en partes del enorme sintagma que constituye la ciudad moderna.
Comenzando por el principio, ¿cómo fue tu niñez en Filadelfia?
Muy buena.
Se habla sobre la infancia como un tiempo mágico de descubrimientos. ¿Crees que te marcó de alguna manera?
Sí, encontré mi diversión. Sobre todo, aprendí que incluso en una casa llena de odio y mierda, siempre hay un poco de luz que puedes atraer.
¿Eras un niño creativo?
Sí, principalmente ala hora dedecir mentiras, pero también dibujando.
¿Cómo comenzaste en el arte?
Empecé dibujando un coche en la parte posterior de la factura de la luz. Se lo enseñé a mi madre y aunque estaba distraída preparando la cena, lo puso en la nevera. Luego se lo enseñé a mi padre y se limitó a abrir el sobre.
Eras un artista autodidacta. ¿Qué ventajas y desventajas tieneestocon respecto a una forma de aprendizaje más regulada?
Fui a la escuela y aprendí la rueda de colores y la disciplina suficiente para sentarme y pintar una rueda de colores. Pensé que era suficiente y me fui. Todo lo demás, loaprendí imitando. La principal ventaja fue que ahorré dinero. La principal desventaja fue no ser nunca capaz de ser contratado. Por otra parte, esa es probablemente otra ventaja.
La escena del graffiti dio paso alStreet Art, ¿fue solo un cambio de nombre o también significó una cierta profesionalización?
El Street Art no es realmente “calle”y no es realmente “arte”. Puedes ser malo sin estar en problemas, y puedes hacer gestos hacia el arte sin ser criticado al nivel de un artista.
En 2005 comisariaste el “Dreamland artist club”, ayudando a renovar su cartelería. ¿Cómo fue tu trabajo como comisario?
Fácil, le dejé todo lo pesado a Peter Eeley, él entendió qué hacer en infinidad de niveles, y consiguió que artistas como Jack Pierson y Dana Schutz participaran. Incluso desde la perspectiva actual,eso parece genial.
Obtuviste una beca Fullbright, que se conoce que se otorga a personas sobresalientes en diferentes campos, especialmente investigadores y doctorados. ¿Qué significó esto para ti?
Significaba que podía rociar pintura con el respaldo total del Departamento de Estado. Representé a Estados Unidos y al graffiticon todo mi cariño y capacidad.
Con la beca, hiciste murales en todo el mundo. ¿Qué aprendiste con esos viajes? ¿Cambiaron tu forma de trabajar?
Me encontré mucho más abierto amás colaboración e improvisación. Fueron pequeños pasos hacia un estilo de graffiti más igualitario.
Hubo un momento en que dejaste de hacer graffiti y empezaste a trabajar porencargo. ¿Cómo fue este cambio para ti?
Para la mayoría de los directores creativos o gerentes de marca, ofrecer unencargo significa “haz lo que nosotros queramospor dinero”. Nunca acepto esos encargos. Si quieresdejarme hacer lo que quiero, de la forma en que quiero hacerlo, y me pagas por adelantado, lo aceptaré, con lo cual, en realidad, nada cambió para mí.
Utilizas técnicas de carteles antiguos y elementos de la cultura popular y los usas tanto en formatos grandes como pequeños. ¿Qué diferencias encuentras entre esas propuestas?
Me gusta la publicidad, simplemente elimino la parte comercial e incrusto la emocional. La única diferencia entre las pinturas y los murales es la diferencia entre hablar y gritar.
¿Qué diferencias generacionales percibes entre los artistas urbanos actuales y los de los inicios?
La lucha es la misma, puedo ver una línea directa de John Fekner a Revs a Vhils a Sawe. En cada generación hay una fe temeraria en su propia humanidad para superar la apatía.
Entiendo que “beautiful loser” fue un colectivo de arte DIY, ¿qué significó para ti ser parte de él?
Fue una campaña de marketing para vender un documental, pero una la rara idea equivocada que se hizo por la razón correcta y que funcionó. Me enorgullece ser asociado con los otros 13 artistas de la película, y me ha presentado a personas de todo el mundo…ya tiene 10 años, guau.
Una carta de amor a la ciudad es quizás uno de tus proyectos más ambiciosos, en el que el tamaño se dispara, y es una carta abierta a la ciudad y a sus habitantes, ¿qué quisiste transmitir en esos mensajes a la ciudad?
Solo quería hablar con la ciudad en la voz de la ciudad. El graffiti es una buena forma de decirle a la gente que no está sola. Solo me esfuerzo por la legibilidad ¡jajaja!
¿Qué significó para ti abrir tu estudio en 1998, fue una forma de profesionalizarte?
Honestamente, vi que Barry Mcgee estaba 1000 millas por delante y le dije a Todd James que sería mejor que nos pusiésemos manos a la obra. Todd es un genio y estaba bien por $ 250 al mes en alquiler. Después de unos 6 meses, recordó que tenía un gran apartamento en el que podría trabajar gratis. Nunca pensé que fuera una profesión, es más una vocación o una compulsión. Todos los días hago lo que hay que hacer e intento ganarme el dinero del alquiler. Voy con retraso en el alquiler mientras escribo esto. Muy poco profesional.
Tu trabajo está estrechamente relacionado con el territorio y las experiencias humanas. ¿Cómo crees que tu trabajo influye en la identidad y la memoria de estos espacios?
Al igual que la experiencia, cuando la pintura está fresca puede ser apabullante, y al igual que la memoria, a medida que se desvanece se queda con la visión de la sensación original.
En 1989, comenzó a editar el zine On the go, que duró casi 10 años. ¿Cómo fue la experiencia de editar un zine?
Editar una revista es similar a hacer funcionar mi propia galería, estoy constantemente buscando dinero. Ocasionalmente, cuando tengo el dinero, tengo una gran creatividad y la capacidad de hacer realidad las ideas. Cuando no tengo dinero, tengo la duda de que nada de eso importa y busco una salida elegante del negocio. On The Go me dio esa salida elegante. Veremos qué pasa con el mundo artístico de ESPO. A veces pienso que vamos a fracasar, pero siempre nos llega algo de éxito para seguir adelante.
En tu libro El arte de superar, cuéntanos sobre tu experiencia personal al comienzo del graffiti. ¿Cómo crees que ha cambiado la escena del graffiti en esta etapa del siglo XXI?
Siempre serán niños divirtiéndose. Ahora hay muchos niños mayores en el juego, pero cada generación reinventa el graffiti para que se adapte a ellos, como siempre lo fue y lo será.
La etiqueta de arte callejero ahora parece abarcar muchas manifestaciones de este tipo y sirve para dar cierto respeto al graffiti. ¿Te sientes cómodo bajo esa etiqueta?
¡No!
Es cierto que la estética del graffiti se encuentra en cualquier elemento de la cultura popular, estudiándose en las universidades y entrando en el circuito del arte, ¿crees que ha sido domesticado como una expresión artística?
No puedes domesticar los peores / mejores aspectos del graffiti. Al menos no en los últimos 50 años, y probablemente tampoco durante otros 2000 años.
Mirando hacia atrás, ¿cuál crees que fue el caldo de cultivo para el graffiti a fines del siglo XX en lugares tan específicos?
Una mujer sabia, directora de PS11 en Brooklyn me dijo “limítate a crear la oportunidad y aprovéchala”. Nueva York tenía trenes y Filadelfia tenía una red diversa de barrios que parecía impenetrable para los de afuera. Añade pintura en spray a estas dos poderosas ciudades y sucede la magia.
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