No sé si será cierta la historia de que Rateliff sólo hacía música religiosa hasta que descubrió a los Led Zeppelin a los 13 años después del fallecimiento en accidente de su padre. En cualquier caso suena muy bien y me gusta. Luego se largó a Colorado y junto a Joseph Pope III formaron la banda Born in the Flood, cuyo nombre parece remitir a Bob Dylan & The Band. Se centró más aún en el folk al montárselo en solitario y creó varios buenos discos que debieran descubrir los seguidores de Will Oldham, Bill Callahan o el primer Daniel Romano.
Luego, sorprendentemente, hace 3 años junto una imponente banda como The Night Sweats y regreso a las músicas negras de su niñez, pero ya desde un punto de vista profano. Crearon un fantástico disco homónimo con el sello mítico de soul, Stax, y ahora han creado una reválida tan buena o mejor. Ya os hablamos en Staf de dicho disco y lo colocamos entre lo mejor de aquel año merced a explosivos singles como ‘S.O.B.’ o un arranque con impetuosos vientos titulado ‘I Need Never Get Old’. Sí, las referencias eran tan viejas como recomendables. Al Green, Van Morrison, Solomon Burke, Otis Redding, The Band o Booker T. & The MG’s.
Tanto el debut como el siempre difícil segundo disco cuentan con la sabia y cotizada producción de Richard Swift. Además les ayuda con teclados, piano y voces. Por cierto que también destaca la colaboración en algunos momentos de Eric Swanson con la pedal steel guitar. Entre todos crean un disco continuista pero repleto de buenas canciones fantásticamente ejecutadas. Es difícil no caer en la red de canciones como ‘Hey Mama’ dedicada a su propia madre y a las mujeres en general, con una melodía irresistible y algunos vientos realmente emocionantes. De ahí salta hasta al folk de tonalidades góspel y country titulado ‘Babe I Now’ que recuerda un poco sus comienzos en solitario y es un excelente y emocionante cierre de la cara A. Al mejor soul clásico elegante huelen temazos como ‘Say It Louder’ que seguro servirá para convención religiosa en directo, con su estribillo para corear o un ‘You Worry Me’ cargado de romanticismo en la que su voz parece rasgarse por la emoción en otro espléndido estribillo, muy bien remarcado por un genial piano. El inicio con el soul-funk psicodélico de ‘Shoe Boot’ con fantásticos vientos y criminal órgano ya dan otra gran prueba de lo grandes que son también The Night Sweats. Algo también palpable en una sensacional ‘Baby I Lost My Way, But I’m Going Home)’ en la que parecen Booker T. & The MG’s, pero con el añadido de la gran y personal voz de Nathaniel. Otro momento cumbre y para single es el cierre con la emotiva balada titular con la voz de Nathaniel otra vez temblando y con un órgano Hammond realmente cautivador. ¡Gran disco, gran banda y todavía grandísimas promesas de que van a más!