Dicen que algo tendrá el vino cuando lo bendicen. Igualmente, algo tendría que tener Carlos Alba cuando el mismísimo Antonio Mairena firmó el prólogo de uno de sus trabajos discográficos. El genio sevillano definió a Alba como “gran artista del cante malagueño”. Sin duda, una verdad rotunda que pone en su lugar a uno de los mayores amantes que la capital de la Costa del Sol ha tenido y tendrá.
Para recordar su figura y actualizar su legado, desde Alix Records ve la luz el disco LP-Vinilo “Antología”. Esta obra, con una nueva masterización, recoge el volumen dedicado a Carlos Alba dentro de la colección “Antología de cantaores malagueños”, editado por Antequera Records únicamente en formato Cd para la Diputación de Málaga.
Al Cante: Carlos Alba
Con el piano de Paco Rodríguez
Con las guitarras de: Enrique Campos, El Chino y Pedro Escalona
Todos los temas de comienzos de la década de los 80 del siglo XX
Masterizado en 2021 por Antonio Navarro de Cambayá Estudio
Diseño vinilo en 2021 por Álvaro Fernández, Unbuentipo
Formato: LP / Edita y distribuye: Alix Records (alix002)
Puntos de venta: (próximamente iremos añadiendo mas puntos)
ONLINE: Staf Shop
FISICO: Málaga – Museo Peña Juan Breva, MIMMA Museo de la Música y Mundo Vinilo
BIOGRAFIA CARLOS ALBA
Carlos Alba. Cantaor y humorista malagueño nacido en 1941 en un emplazamiento tan señero como la calle Cuarteles. Su familia cuenta con cariño como desde que empezó a andar se acercaba a las vías del tren a cantar a los ferroviarios recibiendo el aplauso y alguna propinilla de dichos trabajadores. Totalmente autodidacta y creador de muchas de sus letras, Alba acerca desde bien joven su oído y su voz a la peña Juan Breva donde pudo conocer y entablar amistad con artistas de la talla de Antonio Mairena.
Pero antes de entrar en la discografía, flamenca y humorística, de nuestro protagonista cabe destacar una actividad continua durante las décadas que van de los setenta hasta mediados de los noventa. El malagueño participó en Granada en un concurso apodado ‘El Cincuentenario’ ya que conmemoró el archiconocido ‘Concurso de Cante Jondo’ de 1922. Si bien no obtuvo premios, su actuación en el mismo sirvió para arrancar contratos en puntos geográficos tan diversos como Burgos, Pontevedra o Vigo. Nunca dedicó su tiempo por completo al arte y compaginaba recitales flamencos con trabajos como jefe de recepción en la marca Renault o el de visitador médico. Pero un enamorado de su tierra quería cantar en ella y lo mismo le valía una fiesta privada, un fin de curso de cualquier colegio o festivales como los del Puerto de la Torre, el Atabal o Alhaurín. Llegó a tener presencia en las ondas con un programa en Radio Juventud en 1977 donde cante y estudio del mismo iban de la mano. El don de gentes innato y el conocimiento del duende aprendido lo llevaron por todo Marruecos además de a las universidades francesas de París, Aviñón, Aix, Montpellier, Niza, Burdeos y Marsella cuando aún el flamenco no era del todo bien visto en estos espacios. En sus últimos años, y tras haber trabajado con guitarristas como ‘El Chino’ o Enrique Campos, el mismo acompañaba su cante a las seis cuerdas. Virtuoso con el instrumento enseñó a muchos aficionados a dar sus primeros pasos con la sonanta.
Su legado musical no es muy amplio, pero en él destacan una grabación informal de 1983 casi imposible de encontrar y el CD número 18 de la “Antología de Cantaores Malagueños” editada por Antequera Records con el patrocinio de Málaga Flamenco, la Diputación Provincial y Cajamar. En él se reproduce en su totalidad el LP que se editó en 1.981, “Málaga me vio nacer” (Polifonía) con texto incluido de Antonio Mairena, además de incluir dos cantes más. Trabajo, que con una nueva masterización, tienen ahora en su poder.
Bajo el pseudónimo de Mauricio editó cinco grabaciones, “Chistes” (1983), “Ataca de nuevo” (1984), “Muerde que rollo” (1985), “Vaya tela” (1986) y “Pollo a lo socialista” (1995). Su imagen con gafas del sol y peluca negra fue una máxima del humor malagueño con expresiones como la propia “muerde que rollo”, “mira, que perita”, “el chavó” o “boom, otra bomba”. Chistes que eran historias verídicas cargadas a partes iguales de picardía, ternura y un amor a su tierra del que presumió hasta su muerte en 2002. Una tierra que esperemos que nunca lo olvide con humildes trabajos de este tipo o a través de rincones flamencos con tanto arte como el que en 1988 le dedicó la peña Los Cabales en su omnipresente Perchel.
Gracias a Antonio Navarro (Antequera Records y Cambayá Estudio), Miguel Alba y su familia, y al Ayuntamiento de Málaga, a todos ellos por su inestimable ayuda en el proyecto de recuperar esta parte tan importante del legado de Carlos Alba.