¡Adiós definitivo al metalcore y al emo de los galeses en su sexto disco! ¡Hola al hard rock moderno con mucha electrónica! ¡Ahora tú eliges! ¿Qué Bullet For My Valentine prefieres? Pues la polémica está servida. Y es que somos la hostia. Criticamos a un grupo cuando hace siempre lo mismo (con honrosas y conocidas excepciones). Pero también lo criticamos cuando quieren evolucionar y probar cosas diferentes.

Este disco difiere mucho de sus primeros discos de la banda en la anterior década y sigue la profunda revolución en su sonido marcada con “Venom”. A los fans que no les gustó este disco anterior, difícilmente se engancharán a “Gravity”. A mí no me mataban antes y tampoco lo hacen ahora. Estoy de acuerdo con quienes opinan que ahora parecen más un grupo para seguidores de propuestas “juveniles” como Imagine Dragons. También es cierto que los teclados y la electrónica suenan generalmente por encima de las guitarras y eso no nos hace demasiada gracia. No está mal el inicio con una ‘Leap Of Faith’ muy bien cantada por Matt Tuck, contundente y melódica a la voz. También está bastante conseguido el primer single y videoclip. Se trata de ‘Over It’ y aquí sí, las guitarras dominan y recuerdan a las de sus primeros tiempos. Entre ellas destaca también el pegadizo estribillo y las buenas melodías vocales. ‘The Very Last Time’ es casi una balada pero tiene su punto melódico y algunas atractivas atmósferas que la hacen destacar entre el resto. La presentación de la edición limitada es muy guapa en un triple digipack con libreto y con el añadido de dos temas extras más para los fans más recalcitrantes. Los épicos coros, la melodía y un poco el ambiente general del tema titular también tienen su aquel, pero hay demasiados momentos que pasan casi sin llamar la atención. Tanto es así que se agradecen mucho los arranque guturales y la velocidad metal de ‘Don’t Need You’ o la final ‘Crawling’. Eso sí, seguro que en directo algunas de estas canciones funcionarán bastante mejor.