Hay personas que nacen con una visión del mundo completamente diferente a la de la mayoría de la gente. Algunos ven el mundo a través de la música, otros a través de una cámara de video o de cine, y con esa visión transforman un poco el de los demás. Quien hoy nos ocupa es Gil Le Bon Delapointe y su visión de todo esto, que no es otra que verlo como si fuese un skatepark gigante. Bajo su inteligente mirada todo es susceptible de ser patinado, toda curva, toda transición se transforma a sus ojos en otra forma en la que puede inspirarse para crear sus obras y darselas a los demas. Hacen falta mas personas con este tipo de visiones del universo.
Hola, mi nombre es Gil Le Bon Delapointe, soy un diseñador que comenzó a patinar en el año 1976 y que, desde entonces, ha visto todos los aspectos de su vida influenciados por este pequeño juguete. Me fascina lo creativo y poderoso que se ha vuelto todo el mundo del patín y lo considero un contemporáneo acto de renovación y libertad en el mundo urbano. Mi proyecto, The Skaters and Makers Park Studio, fue promovido por Asuka Hisa, directora de educación y programas públicos en el Museo de Arte de Santa Mónica, quién buscaba proyectos relacionados con el skateboard que pudiesen ser producidos por estudiantes. Basandome en la idea de la casa Etnies PAS, un prototipo de casa que además de vivienda es cien por cien patinable, tuve la idea de crear el Skate Cube que, como un cubo de rubick o un cubo de lego, contiene 22 piezas diferentes que pueden transformarse en módulos patinables que pueden montarse en cualquier casa y así transformarla en una especie de hogar/skatepark. Basicamente es una mezcla entre un mueble, una pieza artística, una escultura abstracta y un obstáculo patinable.
Lo que inspira mi trabajo es el respeto por mi comunidad y todo lo que me ha dado. También sigo sintiendo un pequeño escalofrío cuando veo a cualquier chaval haciendo esos locos trucos que hacen ahora y de los que, aunque yo no pueda realizarlos, me siento parte. Mi amigo Pierre Andre Senizergues, propietario de Etnies, Emerica, 32 y Altamont, y yo trabajamos día a día codo con codo en diferentes proyectos destinados a elevar aun mas el estatus del skateboarding en la sociedad. Como adultos es nuestra responsabilidad hacer mejor la vida de los jóvenes.
Mi inspiración proviene de los diferentes niveles de mi percepción personal, por ejemplo las noticias que veo todos los días, mi trabajo diario o mis sesiones diarias de surf, todo ello se uno y se convierte en el combustible que me motiva para conseguir mi objetivo, que no es otro que inspirar a otros con mi trabajo y conseguir que el mundo del skateboard ocupe el lugar que se merece en la sociedad.
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