Sumergido entre papeles, dibujos y lápices, mDonada saca la cabeza por un segundo, toma aire, y vuelve a sumergirse. Este es su mundo y en él lleva buceando desde que tiene recuerdos. El amor por el trabajo hecho a mano reluce en cada uno de sus dibujos, lienzos donde da rienda suelta a un imaginario muy personal y particular en el que toman protagonismo un sin fin de personajes peculiares. Vívidas y coloridas, todas sus ilustraciones tienen un carácter y una fuerza aplastante con la que engancha de un solo golpe empujado quizá por las ganas con las que vive y afronta sus retos. He aquí un chico que ha cumplido su sueño.
Hola, me llamo Manuel Donada y soy un ilustrador y diseñador gráfico de Madrid, aunque mi madre me parió en Barcelona (reboté en el suelo y caí en La Cibeles). Últimamente no suelto los bolis ni para dormir, ni para tomarme el café, ni para echarle cayena (condimento clave) a la comida. Mientras tanto, además, me estoy iniciando sobre The Process y TOPY (The Tempo of Psychick Youth) y miro cómics de Marvel Superhéroes, pero de los antiguos, no de la pedazo de mierda de estafa que hacen ahora. Ando atrapado en una nebulosa de imágenes, líneas, sombras, historias, cuentos de los que no puedo librarme pero de los que tampoco quiero deshacerme porque me hacen feliz.
Ahora mismo trabajo en mis próximos cómics, fanzines/revistas e ilustraciones, trabajos que verán la luz pronto y que me dan de comer, entre otras cosas.
También voy a empezar a grabar mi música, mis proyectos en solitario.
Hace unos meses creé un estudio-plataforma con unos amigos que se llama Máxima Galaxia (www.maximagalaxia.com), un espacio donde todo es posible y con el que pretendemos hacer algo distinto, que los clientes sepan que aquí van a encontrar algo fresco, ideas inimaginables… Un estudio de arte, diseño, eventos, actividades, locuras… De todo. No hay límites. La galaxia es muy amplia y queremos que sea nuestra. Galactus a nuestro lado es un “mindundi”.
Aunque suene típico, desde muy pequeño me puse a experimentar y, gracias a mis padres, que me apoyaron en todo momento, he seguido afiliado a los lápices hasta el día de hoy. Ha sido un viaje constante. El diseño gráfico vino más tarde, cuando descubrí el ordenador y me tiraba horas investigando cómo hacer aquello que veía por ahí y me hacía cosquillas. Ahora he aparcado lo digital todo lo que puedo e intento mover las manos sin parar. Para eso las tengo. Lo que se consigue con ellas nunca se podrá conseguir con un ordenador. Son la vida. Y me hago mayor.
Es muy difícil definir mi trabajo con palabras. Me sale solo, es un cóctel de lo que me gusta y lo que nace en lo más profundo de mi ser. Intento, sobre todo, hacer cosas con las que me lo pase en grande y, al terminar, lo mire con una sonrisa. No siempre lo consigo pero, cuando sucede, los planetas se alinean y me dan ganas de hacer volteretas. Lo único que sé es que me encanta dibujar y soñar con todas las cosas “molonas” que veo por ahí. El planeta está lleno de maravillas aunque la raza humana sea controlada por una energía superior negra que nos limita y nos tiene atrapados, un ente oscuro. Eso es así. Se vive mejor cuando te das cuenta de su existencia. A primera vista, la galaxia es negra y putrefacta, pero los humanos (quitando nuestras ganas de destruirlo todo) estamos aquí para darle color, no os asustéis. Controla esa energía y verás qué alegría.
No es que el arte pueda cambiar el mundo, es que lo ha cambiado ya y lo está cambiando. Está en constante estado de metamorfosis. Es como el humo de un cigarro que pasa entre tus dedos, que lo ves pero no puedes agarrarlo. Eres consciente de su paso por el olor pero, cuando te quieres dar cuenta, ya no está, se ha transformado. Yo no pretendo nada en concreto. Quiero crear algo impactante, sea bueno o malo, que haga pensar a los demás y a mí mismo. Provocar sensaciones si tuviera que resumirlo pronto y mal.
He tenido algún cliente que otro con los que me ha dado vergüenza trabajar, pero nada excéntrico. Normalmente, he deseado que estos clientes no tuvieran su oportunidad en el planeta, pero nada digno de ser mencionado, tampoco se lo merecen. Intento que todo lo mal sea borrado de mi mente, aunque resulte imposible.
Tengo muchísimas cosas que me inspiran, cosas como vivir, disfrutar, viajar, reir, pasarlo mal… Cosas que nada tiene que ver unas con otras. Supongo que lo que más me impacta y deja huella es lo que me pasa en la vida, a mí y a la gente que me rodea. También todo aquello que veo y mi forma de entender y de ver el mundo es algo importante a la hora de hacer lo que hago. Digiero lo que me rodea como medianamente puedo y sé, como mi condición humana me deja, y supongo que así sale lo que sale. Es sencillo. También tengo artistas fetiche que me inspiran día a día, son muchos pero sobre todo me inspira vivir… Menudo clché ¡pero es cierto!
Mi estado de ánimo influye mucho en la música que escucho. Para dibujar hay días que escucho mucho black metal, casi todos clásicos tipo Burzum, Mayhem, Abruptum (este último crea las atmósferas perfectas para volverte tarumba y sin querer te conviertes en un médium moviendo tu mano y haciendo garabatos, te atrapa). Los últimos meses, aún siendo un grupo un poco flipado, que más que black metal parece el Circo del Sol, estoy escuchando a Watain, supuesto black metal evolucionado que da mucha grima. Un disco de black metal no puede sonar ultraproducido, no tiene sentido. Erik, el cantante, hace unos diseños que me gustan mucho, eso también.
Hay otros días en los que, aunque me eche por encima treinta litros de café, soy incapaz de ir mas allá de Mulatu Astatke, Sebastiao Tapajos & Pedro Dos Santos o Snoop Doggy Dog para no pensar en nada. Muchas veces da igual lo que este sonando porque ni me entero. Me aislo y pasan las canciones en el iTunes a las que no les presto ni la mas manima atencion. Para ser sincero, la música, desde hace algún tiempo ya, me tiene decepcionado. No me impresiona ni me llena nada. Sobre todo la música de ahora así en general. ¡Años de mi vida coleccionando vinilos para llegar a esto! Que desastre.
Mis gustos musicales son muy variados. Puedo escuchar una canción de Jorge Ben y pasar a una de Antioch Arrow sin pestañear.
Suelo pensar a menudo en tener una casa maravillosa sin tener que pagar hipotecas, un perro simpático… ¡Que típico! ¡Viajar, viajar y viajar! Me gusta mucho viajar ¡Es alucinante! Siempre he soñado con tener un estudio de ensueño, mi templo, y lo he conseguido. Hay personas que ya empiezan a llamarme “El Jorobado de Gran Vía” porque paso las horas aislado sin ver a nadie, metido en el estudio ya sea produciendo, buscando inspiración, dibujando, pensando en proyectos, leyendo tranquilamente… Es el espacio intimo y privado con el que siempre he soñado, un espacio donde soy el amo, maestro y señor de todo lo que pasa, estoy viviendo un sueño y quiero disfrutarlo al máximo. Vivo para y gracias a él. Y está situado en el mejor sitio de todo Madrid. Aún no me lo creo.
El arte debe estar en todos los sitios, pero sin ser prostituido.
La verdad es que no sé si considerar el dibujo y la música como meras aficiones porque me han cambiado la vida. Tengo la suerte infinita de tener como hobby mi trabajo, eso es impagable. Son mi vida. Sin ellos me quedo como Han Solo: petrificado. También hay otras aficiones que cambiaron mi vida para mal. No merece la pena ni nombrarlas.
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