El fotoperiodista andaluz Pablo Juliá ha sido uno de los grandes ojos de la transición democrática española y sobre todo andaluza. Gaditano de nacimiento, ha recorrido toda la geografía Española siendo testigo y captando con su cámara los momentos más convulsos y definitivos de nuestra historia. Sus instantáneas se traducen como registro clave de nuestro bagaje socio política y cultural más reciente.
¿Cómo surge la idea de cubrir la Gira Histórica?
En la gira tuve un papel fantástico. Me llamo Plácido Fernández Viagas, que fue el primer presidente preautonómico de la Junta de Andalucía. Se vino a mi despacho, un chiringo en el que hacía fotos, y me dijo que por qué no me iba con él a recorrer la transición. Y yo respondí que encantado, claro. Sin embargo, luego llegó el momento del Referéndum de 1980 y de la gira histórica, que consistía en ir a todas las ciudades y terminar con un mitin, y en la que también había conciertos…Yo iba a todo porque entonces estaba de fotógrafo con el presidente de la Junta, que por aquel entonces ya era Rafael Escudero, con lo cual hacía la parte de política y también los eventos, que era lo que más me entusiasmaba, por la música.
De los grupos y músicos que conoció, ¿cuál cree que tuvo más importancia para el pueblo Andaluz?
Camarón es sin duda la clave del pueblo Andaluz por todo lo que ha significado su cante. Ahí conocí también a María Jiménez y a Tabletom, que hacía un rock andaluz e incorporaba instrumentos como flautas o violines. Por otro lado estaba Silvio, que cantaba en un inglés falso y se quedaba con la gente. Su vida era muy jodida pero él era muy divertido y estaba loco por María Jiménez. Cada vez que salía al escenario se ponía como una moto y María Jiménez enseñaba hasta las bragas. Montaba unas bullas de cuidado. Para mí la gira fue una clave increíble porque me permitió ejercer mi trabajo en la rama de la política y, fundamentalmente, por todo el conocimiento que guardo de la música de esa época.
Conocemos su trabajo por el periodismo pero, ¿se puede ver también, por ejemplo, en portadas de discos, libretos o algún cartel de gira?
Le hice la portada a Kiko Veneno en su disco ‘Veneno’. También en Cádiz le hice otra portada a Silvio y a Maribel, Martirio, le hice la primera foto con la peineta para el periódico. Aquella época fue muy importante porque vivíamos todos juntos y era otra historia.
En la revista nos encanta Kiko Veneno y, de hecho, el noviembre del año pasado le dimos el premio del “Festival Moments” por toda su carrera. ¿De dónde viene su amistad?
Mi amistad viene de la Universidad porque estudiamos juntos en Sevilla. Nos pusieron un expediente disciplinario académica por rojos, nos echaron de Sevilla y nos fuimos a Barcelona a continuar estudiando. Tengo recuerdos del viaje y muchas fotos de esa época. Jugábamos y el cantaba en el coche La Niña de los Remedios. Nos divertíamos mucho… Aquello era el golferío total y lo pasábamos muy bien. Nosotros vivíamos la lucha, pero era nuestro tiempo, el que nos tocó vivir. A pesar de que luego fuésemos todo lo serios que tú quieras.
¿Cómo percibe la cultura en Andalucía en estos momentos ? ¿Echa de menos algo?
La cultura va muy en retroceso. Antes había un interés porque era todo nuevo; había pasión. En Sevilla había un mundo de rock increíble porque se escuchaba la música de los americanos que venía de Rota y de Morón. Había un nivel de música muy alto y un interés colectivo por entenderla. Eso hoy está muy disperso. Sobre la cultura en general, por ejemplo, nosotros traíamos los proyectos ya producidos porque aquí no podíamos producir.
Sería complicado hacer una exposición de nuevos fotógrafos ahora, porque, a parte de que cuesta dinero, no llegaría al mismo nivel que podía ser traer a los grandes, porque sus obras venían producidas, con lo cual no costaba tanto y se veía lo mejor de lo mejor. Eso a mí me lo han achacado muchas veces, el no haber cuidado a los fotógrafos menos reconocidos. Y es verdad. He cuidado solamente de los que eran muy importantes, porque su obra estaba producida, la inmensa mayoría.
¿Y la fotografía en particular?
El Centro Andaluz de Fotografía se ha venido abajo. La obra del que era muy importante ya estaba producida la gran mayoría, pero para los demás no teníamos medios.¿Ahora qué quiere hacer la cultura actual? Lo que quieren hacer única y exclusivamente es crear una gran empresa externa que vaya llevando las exposiciones a los diferentes sitios, con lo cual se pierde el signo de identidad. El Centro Andaluz de la Fotografía tiene que tener dinero para poder hacer producciones propias. Mire usted, esto es un centro de cultura andaluza, no tiene sentido que te digan: “te vamos a mandar la exposición que hemos visto aquí de no sé qué ” o, por ejemplo, un concierto de música. No, se trata de un centro andaluz de la Fotografía.
¿Se valora la cultura en la actualidad?
La cultura se está viniendo un poco abajo y a mí me duele, porque es muy importante para un pueblo. Si pierdes tu raíces culturales estás perdiendo mucho de tu base de identidad. Aquí se ha perdido mucha, se ha mistificado todo y está todo muy mezclado. Por eso no veo bien el nivel cultural actual, y eso que yo siempre soy positivo, quiero decir, optimista. Pero es que no puedo serlo ahora. Con la crisis lo que ha habido fundamentalmente es un declive de los presupuestos de cultura. A la cultura se le niegan rápidamente los presupuestos cuando viene una crisis. Las cosas se hacen para llenar salas y no se está estudiando una identidad propia para jugar con ella. La cultura tiene que tener una vida. Y ahí es donde creo yo que está fallando pues la identidad no tiene que ser Andaluza , sino tiene que ser una identidad universal. No existe una fotografía andaluza, tiene que tener un lenguaje global y, en cada sitio, verán una cosa. Cada uno escribe como le da la gana en la fotografía, que es una manera de pintar con la luz.
¿Cómo ve el cambio de gobierno en Andalucía?
Soy un animal político, siempre me ha gustado la política y por eso tengo la tendencia a integrarlo todo en ella. La política tiene que ver con la cultura y con la sociedad y mi visión política es muy amplia. Ahora que ha llegado la derecha pienso que se van a cargar mucho y van a disminuir poco a poco lo público. En la cultura igual, por eso están haciendo una empresa externa que se dedique a hacer exposiciones y que las lleve a diferentes sitios. Eso es privatizar algo pública, y ahí es donde está el error. El hecho de que haya llegado la derecha a la Junta no me ha gusta, no porque no me guste la tendencia política de la derecha, ya que soy un hombre de izquierdas, sino porque creo que la derecha lo que hace es circuitar todo lo público y se dedica a fomentar lo privado, eso siempre ha sido así. De hecho ya estamos viendo en la sanidad y cómo eliminan las listas de espera para parecer que no existen….
¿Qué recuerda de su etapa en El País durante los años 80 y 90?
Fue una etapa muy significativa porque di otra vuelta a Andalucía y al mundo, y eso me ha dado mucho background para entender muchas claves de la cultura andaluza y la política. En el “El País” volví a recorrer Andalucía hasta que vi que los periódicos dejaron de tener su seña de identidad. Antes te identificabas con un periódico y cuando ibas al quiosco ya veías de lejos el que querías comprar… Ahora todo se unifica bastante, todas las portadas son iguales. “El País” fue pionero en eso y tuve la suerte de formar parte de ello. Antes íbamos a hacer una entrevista a Felipe González, acudíamos tres y el único fotógrafo era yo porque no había fotógrafos casi. Hoy en día un concejal que te va a anunciar el cambio de una calle tiene un chiringo montado con cuatro cámaras y un montón de fotógrafos. Para las nuevas generaciones no es lo mismo, dramáticamente no es fácil, ahora es mucho más complicado. Es el turno de la gente joven de resolver de qué queréis que vaya esto. Nosotros tuvimos nuestra época y creo que no estuvimos mal pero ahora no nos toca a nosotros decidir qué hay que hacer ni buscar nuevas formas de comunicar. Está claro que los periódicos han dejado de tener el peso que tenían en la transición, ya no es lo mismo. El panorama es totalmente distinto.
¿Qué piensa de este auge de oferta masiva de cursos, talleres y master clases?
Estoy en contra de la escuelitis. En la escuela la gente deja de tener personalidad. Antes que nada hay que saber qué quieres y hacer un poco de introspección personal respecto de la imagen. Yo miro y a partir de ahí, creo mi propio diario personal y voy haciendo imágenes de las cosas que veo. Si tú luego quieres establecer una determinada manera de mirar vale, pero la gente empieza con las escuelitis y no desarrolla su capacidad de saber lo que quiere contar, sino que aprende una determinada manera y eso es un error. Dejas poco espacio a tu personalidad.
¿Digital o analógico, cuál diría que son las ventajas y desventajas de cada uno de los formatos?
Hoy mucha gente hace fotos buenísimas porque también es muy fácil. Hay gente haciendo fotos sin saber, porque lo digital les ha puesto fácil el hacer fotos muy buenas pero no estudian el por qué sale esto o lo otro. Hoy en día tiran muchas fotos.Yo siempre cuento el caso de Antonio Gabriel, un fotógrafo que a mí me apasiona. Cuando estaba en “El Faro de Vigo” le tocó hacer la revolución cubana. Tenía dos rollos de trix y dijo “bueno en el aeropuerto compro”. Llegó al aeropuerto y estaba cerrado, así que no pudo comprar. “Bueno, cuando llegué a Cuba compro”, pensó. Pero cuando llegó a Cuba nadie le daba rollos y tuvo que sintetizar. Al final tiene un reportaje de la revolución cubana con tan solo dos rollos… Cada vez que disparaba lloraba. Sin embargo, con lo digital se tira mucho, pero nada que ver con la educación de quien ha trabajado en analógico. Te hace tener el marco.