Un aspecto digital con un proceso artesanal. Esta es una de las características que distingue el trabajo de Ryan de la Hoz, impregnado de la Historia del arte; de la nostalgia del pasado y su relación con el presente a través de sentimientos universales, y percibido por el espectador como algo novedoso que llama la atención.
La belleza clásica se pone en entredicho a través de esculturas e imágenes deformadas, que pueden llegar a ser psicodélicas. De este modo, en sus obras se refleja la decadencia de una civilización o etapa artística y el resurgir de una nueva. El uso de medios y materiales poco convencionales, como pueden ser un puzle o globos confiere a su obra una riqueza de texturas y acabado singular.
Ha expuesto en solitario en las principales galerías de Estados Unidos, y ha participado en muestras conjuntas en varios países de Europa y Asia.
Nací en California y me crié cerca de San Francisco, donde he vivido durante diez años, ahora tengo 29. Mi trabajo se centra en collages, papeles cortados, la mezcla de materiales, esculturas y piezas textiles. No considero que pertenezca a ninguna escena en particular, pero reconozco que San Francisco tiene una comunidad artística muy ceñida, en la que me siento inspirado y apoyado.
No empecé a mostrar mi trabajo hasta 2005 pero cuando era un niño estaba siempre dibujando. Mi pasión llegó verdaderamente en el instituto, en el barrio de Fairfield, en California, y desde entonces no he parado de crear. Me mudé a San Francisco poco después de terminar el instituto para estar en contacto con el arte.
Describiría mi trabajo como una amalgama de motivos y elementos de diferentes épocas históricas que conforman una nueva narrativa. Mi objetivo es hacer que la gente se cuestione los valores y condiciones de la sociedad y su lugar en la Historia.
Nada de lo que he hecho es demasiado extraño, pero a veces intento salir de mi zona de confort y trabajar con un medio o una idea diferente. Un ejemplo es una instalación que hice para Ed. Varie en Nueva York en la que utilicé un láser para cortar esculturas y una cuerda para saltar a la comba con luces. Esa fue una pieza extraña y escalofriante porque estaba inseguro y al mismo tiempo exaltado con el resultado.
Cuando no estoy haciendo arte, estoy dando clases en San Francisco (California), y también tengo una marca de ropa y artículos para el hogar (www.cooltry.net). Encuentro mucha inspiración en los libros y en Internet. Cuando trato de combinar elementos del pasado y el presente, escarbo en los objetos y las ideas de la cultura contemporánea. Me gusta tratar temas como la avaricia, el poder, el aislamiento, la destrucción y el disentimiento, porque son importantes y se repiten a lo largo de la Historia.
En la mayoría de mis obras uso papel cortado o la técnica del collage pero últimamente he empezado a hacer algunos trabajos digitales. En cualquier caso, intento no limitarme a ningún medio en concreto. Me gusta todo lo que me permita manipular manualmente la obra, por eso no trabajo exclusivamente con el ordenador. Por ejemplo, si deformo una imagen lo hago a mano, cuando la imagen está pasando por un escáner, y no uso Photoshop.
Mi proceso creativo es bastante abierto y normalmente empieza con algo muy pequeño que dibujo en trozos de papel que llevo en la cartera. Esto puede parecer desorganizado pero a mí me funciona.
Quiero que mi arte evolucione poco a poco y de manera natural, sin forzarlo. Este año tengo algunas exposiciones previstas en Fecal Face Dot Gallery (FFDG) y Mishka (Los Ángeles). Y también planeo ampliar el diseño de moda en el que llevo trabajando desde hace cinco años. Creo que todo irá bien mientras pueda seguir haciendo las cosas de las que me siento orgulloso.
www.ryandelahoz.com