Ufomammut lleva más de 17 años en la escena. Su contundencia ha sido clara desde el minuto
cero. Pero siempre han sido honestos sobre su inmersión musical. No es una cuestión de edad.
No es el tiempo destilado de experiencia de un alquimista. No es una progresión donde lo
nuevo derrota lo viejo y anterior. Es diferencia y repetición. “8” es infinito. Igual y distinto. Un
cruce de dimensiones superiores e inferiores, de submundos y planos astrales trenzados en el
movimiento mántrico de la música. Un laberinto perfecto que muestra un vasto universo de
doom psicodélico y drone. Hay autentica magia en como Ufomammut no ha ahogado su sonido
ni matado su estilo en tantos años de trabajo y con obras tan definidas.
“8” no es solo su octavo LP (tercero con Neurot Recordings) sino en su sabia costumbre, un
pliegue hacia más y mayores significados. La banda italiana de Tortona mapea su propia
existencia pero más que un ejercicio de introspección es un avistamiento de su propia idea
abstracta como elemento extraño, como objeto cósmico no identificado, ese mamut tribal y
primigenio que viaja fundido con las sombras negras y poco alumbradas del cosmos… El
lenguaje de Ufomammut suena como una invocación mística sin religión, tan opaca y primal
que sus raíces parecen los primeros brotes de los rituales lanzados a un mundo todavía sin
significado e insondable. Hacer esto con la misma fuerza durante ocho discos es un
reconocimiento de infinitud perfecta… La rueda puede seguir girando, los ojos se nos han
vuelto blancos y la sangre se nos evapora sobre los hombros hacia una espiral universal sobre
nuestras cabezas. Ufomammut es el sonido de esa realidad. He creído durante todo este
tiempo como un idiota que arañaban un velo hacia otro mundo. No es así. Ufomammut
transmite directamente desde el otro lado. (9)