Editorial: CAMEO

¡Estamos ante uno de los documentales más imprescindibles de los últimos tiempos! No es que sea ningún prodigio de realización ni tenga una calidad cinematográfica excepcional. ¡Lo realmente importante es su mensaje y la necesidad de darlo a conocer en los tiempos que corren! El mensaje básico y trascendental es que a través de la protesta no violenta y la desobediencia civil, se puede conseguir cambiar muchas injusticias de esta sociedad tan desigual. Para ello las cámaras han viajado a lo largo de los años por Ucrania, Siria, Egipto, Madrid, Nueva York, Irán Serbia o el Reino Unido. Van surgiendo grupos como Femen, Occupy Wall Street, los indignados de la Primavera Árabe o la gente que lucha contra los desahucios en nuestro país. También queda patente como es mucho más dura y arriesgada esta lucha no violenta en países con mucha menos democracia como Ucrania, Siria, Egipto o Irán. También es patente y destacable el hecho de que sean mayoría las mujeres luchadoras aunque su situación sea claramente más difícil en muchos de estos lugares. En la película nos demuestran como a lo largo del último siglo se han conseguido muchos más logros con las protestas no violentas que con las que han utilizado la violencia y la sangre. En todo caso, el mensaje más claro y rotundo es que debemos ser cada vez más los que salgamos a la calle a protestar para parar los pies a los gobiernos y al más desalmado capitalismo. ¡Si no nos movemos pronto nuestros hijos tendrán un mundo mucho más difícil en poco tiempo y la rebelión tiene que ser continua y diaria! Cualquier pequeño gesto como esta película puede tener una repercusión inimaginable y no hay que dejar de intentarlo.