Parece que el fenómeno riot girrrls sigue vivo. Han regresado por todo lo alto las Sleater-Kinney y aquí tenemos a Kathleen Hanna dando guerra de lo lindo como lo hacía en sus tiempos con las Bikini Kill o al frente de Le Tigre. Hanna ha decido seguir adelante y lo hace con clase, rabia y rebeldía, como en los viejos tiempos. Esta es una gran reválida tras la bocanada de aire fresco que supuso “Run Fast” hace ya tres años.
Como adelanto a este trabajo apareció el single “I decide” con sus agresivas guitarras y un ritmo que va creciendo y manteniendo la tensión mientras los coros suavizan algo la cosa acercándose incluso a The B-52’s. Antes, el disco comienza con el enérgico tema titular que recuerda a los primeros Pixies o a las ya citadas Sleater-Kinney, pero también añadiendo la frescura de los dos primeros discos de los B-52’s, de nuevo. Tenemos buenas guitarras también a lo largo de muchos momentos como en las veloces “Record breaker” o en la furiosa y explosiva “I’m done”. También destacan las guitarras en “Let me go”, a pesar de su tono mucho más pop. No faltan buenos teclados en la simpática “Roses more than water” ni abandonan su pasión por el pop vocal sesentero como demuestra la simpática “Rather not” que me tiene colgado de ella. Para despedirse lo hacen con “Calverton” casi a base de piano y voz, pero llena de emoción. ¡Ojalá que siga sana, animada y entregando tan positivas canciones!. (8)
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