Escuchar The Great Tyrant es como estar dentro de la cabeza de un psicópata que no para de tararear la misma cancioncilla. Déjenme explicarlo por favor, porque aunque esto pueda parecer malo no tiene porque serlo. Es una espiral, como una de esas de hipnotismo que salen en algunas películas viejas. Música hecha con distintos elementos, batería, bajo, teclado y sintetizadores y voces/lamentos. Cada uno gira sobre si mismo como una diminuta espiral imperceptible pero además uno detrás del otro giran en una espiral mayor. A veces puede parecer que cada uno va por su cuenta, que se exceden y hay picos de tensión entre ellos, explosiones de locura. Pero no. Trabajan juntos y por eso a lo mejor cada instrumento empuja más a que nuestros oídos caigan en una espiral. En esa cancioncilla perturbadora y demente.
Una forma de verlo. Otra por ejemplo es que “The Trouble with Being Born” (Relapse Records, Octubre de 2015) es una recopilación póstuma con temas de la primera sesión de grabación en Echo Lab en 2006 por un lado y por otro la segunda y última en 2009 en Klearlight Studio (ambos con Matthew Barnhart).
The Great Tyrant surgió de la banda de jazz progresivo Yeti (1998 – 2005) con el batería Jon Teague y el bajista Tommy Atkins, sumándose el cantante y teclista Daron Beck. Las tendencias musicales de Yeti se mantienen aunque se endurecen y se escurecen, la cadencia y el ritmo se acercan más al doom metal, desarrollando una música más oscura y opresiva. Previo a la edición de Relapse en 2015 algunos de estos temas (“Closing In”, “Take care” y “Weidorje”) solo se editaron en un 7” de 100 copias. Con el proyecto de edición en marcha y varias actuaciones muy hipnóticas y teatrales, The Great Tyrant concluyó en 2010 con el suicidio de Tommy Atkins. Beck y Teague dedican The Great Tyrant a Atkins y lo cierran para trabajar ahora como dúo en Pinkish Black.
Para la escuchada de primer encuentro se puede pensar que The Great Tyrant sigue la estela inicial del primer Mr. Bungle, aunque sin ambicionar el juego vocal de Patton y sin querer recurrir a tantos registros estilísticos. The Great Tyrant comparte el gusto por la atmosfera de desasosiego, de perdida de realidad, la locura y extrañeza del surrealismo o el dadaísmo a través de recursos como lamentos y voces muy teatrales, escalas y melodías de teclado que suben y bajan continuamente, mientras el bajo y la batería hunden continuamente una base rítmica densa y machacona (“Closing In”). Ritmos maníacos muy góticos como en “The Trouble with Being Born”. O el arrastre triste y depresivo de “Recounting Scars”, donde la cadencia del doom y unos acordes algo grunges pueden llegar asociar la voz de Daron Beck con la del añorado Layne Staley.
Vértigo y locura que se deshace en depresión y tristeza. (8)
Relapse
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