LA BICI URBANA EN ESTADO PURO
El ciclismo urbano es una disciplina deportiva que cuenta cada vez con más adeptos. La adrenalina de sentirte libre por la ciudad, el factor ecológico y la gratuidad de esta práctica son algunos de sus puntos fuertes.
“Creemos en una vida más relajada y agradable. Nos importa el impacto medioambiental de nuestras acciones y nos sentimos responsables de la belleza de nuestro entorno. Pensamos que la calidad, el servicio al cliente y un diseño cuidado deben ser los pilares de un negocio moderno. Sabemos que la bicicleta es el futuro de la movilidad urbana y confiamos en marcas que comparten nuestra filosofía”. Así reza el manifiesto de Slowroom, el punto de encuentro de los apasionados de este deporte en Madrid; un espacio ubicado en el barrio de las Salesas en el que la bici urbana es la protagonista, con un amplio stock de productos y donde se cuida hasta el más mínimo detalle. Un lugar diferente y acogedor, que cuenta con una galería de arte, cafetería, taller y una sala de estar en la que los clientes pueden ojear las últimas tendencias en revistas especializadas. ¿Se puede pedir más?
Los dos socios que hacen posible que este proyecto vaya sobre ruedas son Jaime Díaz y Miguel Gatóo, ambos aficionados a la bicicleta y conscientes de las facilidades de utilizarla en otras ciudades y las ventajas que tiene sobre el transporte privado en Madrid. El primero de ellos nos concedió una entrevista y compartió con nosotros su experiencia: “yo soy economista de formación. Mi trayectoria profesional tiene muy poco que ver con las bicicletas, pero sentía que había un hueco en el mercado, que yo podría ser bueno aprovechándolo y decidí tirarme a la piscina sin pensarlo demasiado”, nos cuenta. Y añade que “con Slowroom pretendemos que uno se sienta en un lugar especial, con productos únicos en España y que pueda disfrutar de una experiencia de compra distinta. Los que más atraídos se sienten por nuestra propuesta son personas que valoran el detalle, el diseño y la calidad. Traemos los mejores productos de ciclismo urbano del mundo, por eso nos gusta decir que Slowroom es el espacio que la bicicleta urbana se merecía”, explica.
En cuanto a la idea, dice que surgió poco a poco, con el paso de los años: “primero vimos y disfrutamos de las ciudades donde el ciclismo urbano sí funciona, luego pedaleamos bastante, más tarde observamos una clara tendencia global a establecimientos ciclistas más refinados y cuidados, por último hicimos un estudio profundo del sector a nivel internacional y pensamos que Slowroom aportaría algo nuevo en España”.
Para hacerlo realidad, estos apasionados de la bici urbana se encontraron con los obstáculos y ayudas habituales a la hora de emprender con recursos limitados: “Para mí todos los estereotipos sobre montar una empresa son verdad excepto el de la implicación, me siento igual de comprometido que cuando trabajaba por cuenta ajena. No nos vamos a poner lloricas y creo que cada vez gozamos de un entorno más preparado para emprender, pero es obvio que España tiene mucho trabajo por hacer para facilitar la creación de empresas exitosas, empezando por la fiscalidad, la burocracia y la falta de flexibilidad del mercado laboral. Desde luego, reconforta mucho recibir innumerables comentarios de apoyo, no sólo de amigos sino sobre todo de clientes, proveedores, medios de comunicación y desconocidos”.
Y es que cuando se hacen bien las cosas el resultado no puede ser otro que la satisfacción, tal y como expresa Jaime: “creo que hemos acertado montando un negocio totalmente distinto a lo que uno se encuentra por ahí. Posiblemente el mayor éxito ha sido crear una marca, un espacio (tanto físico como online) que ha conectado con nuestro público objetivo, con personalidad propia y que se ha hecho un hueco en la cabeza de la gente como un sitio de referencia”.
Por otra parte, da cuenta del panorama de ciclismo urbano en Madrid, una ciudad que, en opinión de Díaz, está empezando en este aspecto, con pocos carriles bici, un reciente sistema de bicicleta pública y pocas decisiones pensando en el ciclista urbano. “Está muy claro que vamos con retraso, no sólo en comparación con ciudades europeas sino españolas, entre las que hay ejemplos magníficos como Sevilla o Zaragoza”, recalca.
En cualquier caso, es muy significativo que el uso de la bicicleta como medio de transporte en la ciudad esté aumentando más de un 20% anual desde hace varios años, por lo que es evidente que cada vez son más los aficionados a la bici. En este sentido, apunta que “los problemas de tráfico, la contaminación y el bajo coste de ir en bicicleta son varios factores que van a ayudar a que antes o después la bicicleta urbana se asiente como la alternativa más razonable para mucha gente que antes ni se lo planteaba”.
Asimismo, expresa que “para bien o para mal, el empuje del sector público es determinante. El verdadero problema en Madrid es la falta de cultura de movilidad en bicicleta y los prejuicios que tiene mucha gente”. Por eso, han publicado la ‘Guía Slowroom’, donde ofrecen consejos prácticos y derribar mitos sobre Madrid y la bici.
A ello añade que “en Madrid, las bicicletas no son para el verano, sino más bien lo contrario. Pregúntale a un tipo de Amsterdam o Copenhague qué le parece un invierno seco a 8ºC y con el cielo azul fosforito…”.
Respecto a los puntos de venta del sector madrileño, indica que casi siempre están centrados en ciclismo de montaña o carretera, en primer lugar porque son mercados maduros con una demanda cierta y en segundo lugar porque los distribuidores raramente se atreven a comercializar productos de ciclismo urbano. “Los que estamos totalmente enfocados en bici urbana, que en Madrid se cuentan con los dedos de una mano, a menudo traemos productos de fuera de España y eso puede tener inconvenientes. Como consecuencia, en España en general y en Madrid en particular es francamente difícil encontrar tiendas con una gama amplia de productos de ciclismo urbano de buena calidad. Y somos los únicos que ofertamos atractivas opciones en todo tipo de bicis que tengan algo de urbano: clásicas, plegables, eléctricas, gravel, modernas, de niño, cruiser…”, asegura.
Además, Slowroom acaba de lanzar una alianza a nivel mundial de tiendas de bici con su misma filosofía, si bien cada una cuenta con su personalidad. Se trata de ‘Boutique Wheels’.
Finalmente, al preguntarle qué consejo le daría a alguien que está empezando nos contestó: “hacer un buen plan de negocio antes de montar nada y fijar un plazo de tiempo de varios años para que el negocio funcione. Si llegado ese tiempo no marcha, es el momento de un cambio, pero hasta ese momento hay que dar el 100%”. Sabias palabras que apuntamos en la libretilla.
www.slowroom.es