Run-DMC.
Fight For Your Right To Party!

8 February 2012 Texto: David Moreu. Fotografía: Adidas / Archivo.

Pocas veces puede señalarse con tanta facilidad uno de los momentos clave que cambió la historia de la música para siempre. Corrían los primeros años 80 y el hip-hop invadía las calles de New York con sus rimas incendiarias, los ritmos enlatados y el breakdance, aunque sólo un grupo logró fascinar al público masivo y vender millones de álbumes. Nos referimos a los legendarios Run-DMC, un icono irremplazable de la cultura pop que hoy sigue ganando adeptos gracias a su estética transgresoray a sus grandes éxitos. Después de quemar todos sus álbumes, hemos tenido la oportunidad de hablar con Darryl McDaniels (a.k.a DMC) sobre el mito del old school, de las zapatillas Adidas y de la asombrosa historia de su banda.

Toda leyenda tiene un inicio y la de Run-DMC empezó a ritmo de beat y de scratch cuando aún nadie imaginaba que esa música cambiaría el mundo. “Descubrí el hip-hop en 1978, gracias a los DJ’s y MC’s de New York que tocaban en los parques, en los sótanos y en pequeños clubes del barrio”, recuerda DMC gesticulando con las manos. “Pero cuando aquellos raperos empezaron a grabar discos, su sonido cambió”. Era una concesión a los sellos discográficos y artistas como Grandmaster Flash, Afrika Bambaataa y Kurtis Blow dieron un giro comercial a su música para llegar al gran público. Pero Run-DMC permanecieron fieles a lo que sucedía en la calle y, sin pretenderlo, definieron el espíritu del old school con sus gafas tamaño XXL, sus chaquetas de cuero y, sobretodo, sus zapatillas Adidas sin cordones. “Cuando formamos Run-DMC, nunca nos planteamos sonar distinto o vestir de otra manera”, comenta el rapero. “Tal como decía en My Adidas: “We took the beat from the street and put it on TV”, por eso fuimos pioneros”.

Aquellos tres raperos de Queens dieron con la fórmula del éxito y fueron la primera banda de hip-hop en conseguir un disco de oro, en aparecer en la MTV y en llenar estadios en todo el mundo, aunque todo se precipitó en 1986 cuando se publicó el álbum Raising Hell y empezó a sonar en todas las emisoras de radio una oda rocambolesca a su marca de zapatillas favorita. Cuando interpretaron My Adidas en el concierto de fin de gira en el Madison Square Garden, DMC agitó sus zapas en el aire y miles de personas en el público hicieron lo mismo en un momento delirante, que los directivos de Adidas presenciaron en directo. Aquella gesta improvisada les reportó un contrato por valor de 1.6 millones de dólares y se convirtieron en el primer grupo de música esponsorizado por una marca deportiva. Hoy puede parecer algo común, pero en aquellos días era un éxito sin precedentes. “No nos importaba tener el apoyo de Adidas”, recuerda el cantante. “Nosotros rimábamos sobre cualquier tema que nos gustara, por eso surgió aquella canción y aún hoy sigo fiel a esas zapatillas”.

A pesar de que revolucionaron la moda y pusieron patas arriba los clubes de todo el mundo, la gente siempre los recordará por su famosa colaboración con Aerosmith en el tema Walk This Way. Aunque la banda de Steven Tyler y Joe Perry tuvo que pensarlo dos veces antes de encerrarse en un estudio de grabación con aquellos raperos rebeldes. “No sabían quien era Run-DMC y tampoco tenían ni idea de qué iba el hip-hop”, afirma DMC con una sonrisa cómplice. “Pero cuando escucharon nuestra música, les encantó. Sólo tuvimos que contarles que queríamos versionar su canción como un homenaje al rock”. El éxito de aquel single fue inmediato y, de la noche a la mañana, se convirtieron en superestrellas. Pero, más allá de ahogarse en el éxito repentino, decidieron aprovechar su fama para concienciar a los jóvenes que seguían viviendo en el gueto. “Cuando un artista de hip-hop se hace famoso, automáticamente tiene una responsabilidad”, asegura con voz seria. “Si no estás a la altura, entonces estás acabado. Los raperos que sólo sueñan con el éxito, nunca se ganarán el respeto de la comunidad”.

Pero el mundo del hip-hop cambió de rumbo, las rimas se volvieron más violentas y la tragedia se cruzó en el camino de Run-DMC. El 30 de octubre de 2002, Jam Master Jay (DJ) fue asesinado en su estudio de grabación en el barrio de Queens y el sueño dorado de aquellos tres amigos de la infancia se desvaneció para siempre. Run se convirtió en reverendo, formó una familia y protagonizó un exitoso “reality show” de la MTV. Contra todo pronóstico, DMC volvió a ser Darryl McDaniels, puesto que creía que ya no tenía sentido seguir vendiendo la imagen de rapero famoso. Después de la tragedia sólo quería recuperar su vida y las ganas de emprender una carrera en solitario. “Se juntaron el asesinato de Jay, la muerte de mi padre y la separación de Run-DMC”, se sincera el artista. “Aunque si crees que mis primeros veinticinco años de carrera han sido excitantes, ¡aún no has visto nada!”.

www.rundmc.com

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