A la tercera una obra conceptual que combina rock andaluz con psicodelia, folk y hasta algunos destellos de música electrónica. Me hace gracias para bien esa definición de Camarón cantando con los Tame Impala. También los comparan con Melange o con Niño de Elche que tuvo presencia destacada en su segundo disco. Un “Caravana” que estuvo entre lo mejor del pasado año y que era un largo viaje, musical y racial. En aquel caso el disco conceptual era sobre el recorrido que narraba la epopeya vital y musical de los gitanos. Un viaje que arrancaba en una región de la India y que recorrió el antiguo Imperio Persa para entrar en Europa por Turquía. Una vez allí se dividieron y una parte fue al norte y este de Europa mientras otra se dirigió a Egipto y al norte de África hasta llegar a Andalucía. Con sonoridades de todos estos lugares que arrancaban en “Punyab” con sitar y tabla, pero con paradas en “Persia”, “Turkía”, “Tánger” y “Lebrija”. Además de Niño de Elche contaban con la guitarra de Pájaro. Luego estaba Carmen Vargas con sus voces flamencas y su hermano Curro, con guitarra, palmas y jaleos, para sacar el lado más flamenco adelante.
En este caso la obra conceptual gira en torno a la ciencia ficción y a ese éxodo de la humanidad a otros planetas para poder sobrevivir por nuestro maltrato constante a nuestra tierra. Esta temática es la que ha provocado ese acercamiento en ciertos temas a la electrónica. Se trata del Capítulo 02 porque la intención es hacer una trilogía y si se lo han propuesto seguro que lo hacen porque ya el año pasado dijo que quería vivir de esto y quería crear un disco por año como Woody Allen con sus películas. También dijo tener canciones ya hechas para este nuevo disco y aquí nos las ha mostrado. Antes hablábamos de Camarón por Tame Impala o White Stripes. Ahora tenemos que hacerlo de la versión andaluza de los Kula Shaker haciendo música hindú en pleno brit-pop.
Muchos momentos buenos y destacados como ese ‘Dharti (La Tierra)’ que arranca puro Pink Floyd, pero que en la segunda estrofa se acerca más a Triana. En ‘Brahaspati (Júpiter)’ ya tenemos esos aires hindús y arábigos que tanto marcan este excelente disco. ‘Shukra (Venus)’ es una pasada de progresivo árabe-flamenco en la que Quentín canta de manera excelente. Los sintetizadores de Raúl Pérez, gran productor del disco junto a Quentín, son una gozada en ‘IO’. Además tiene un magnífico estribillo para las 1001 noches y luego una guitarra puro Triana. Miguel Rivera, de los Maga, pone su voz en los guapos coros de ‘Ravi (sol)’ y ‘Oberon’ es un espectacular final con unas guitarras, sintetizadas o no, que son una absoluta delicia. ¡Indiscutiblemente, uno de los mejores discos de este 2018! ¡Os esperamos con otro capítulo de esta saga de Ciencia Ficción para este inminente 2109! (9/10)
Everlasting Records / PopStock!
