Me enfrentó a este trabajo sin conocer nada absolutamente de él. Esto tiene sin duda algunos puntos positivos como son la falta de prejuicios antes de escucharlo. Disfruto la sencilla carátula y veo que todo el artwork lo ha llevado a cabo un tal Franck Zaragoza. También veo que él es quién ha compuesto y mezclado los 10 temas del disco. La única ayuda musical que ha recibido ha sido la presencia de una guitarra adicional a cargo de Romain Quesnoy en un par de temas.
El disco es puro y cadencioso ambient y comienza con la sutil y hermosa ‘Flxo’ en la que destacan los sonidos de un piano de latidos de clásica contemporánea. En ‘Chance’ sigue habiendo teclados desperdigados pero domina la electrónica más experimental y los extraños sonidos a ratos burbujeantes, a ratos como si estrujáramos un papel y en otros momentos como si hirviéramos agua. El sonido de piano domina también el tema más extenso del disco, ‘Progression’, que también tiene preciosistas sonidos de cuerdas y otros de electrónica totalmente ambiental. Un trabajo para degustar con mucha calma y que puede gustar a los seguidores de Tangerine Dream o los trabajos en solitario de Robert Fripp o los más experimentales de Brian Eno. Finaliza igual de ambiental con los sonidos más graves de ‘Time to go’. Como me he quedado intrigado y a modo informativo te diré que este es su cuarto disco y que Franck es un diseñador y compositor de la preciosa ciudad de Brujas. Ahora si estás interesado indaga más tú. El sello para el que ha grabado es propio pero también lleva otros dos más por lo que es un tío la mar de activo en diferentes campos artísticos. ¡Ah, por cierto, igual le ficharían también en el prestigioso sello alemán de este tipo de sonidos, Bureau B!. (6,5)

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