El trío sueco se consolida como una de las formaciones europeas más importantes a caballo entre el metal alternativo y el rollo post-hardcore. Eso sin dejar de lado el metalcore con el que comenzaron hace un lustro con “Inguz”. Hubo algún cambio de músicos y algo de sonido para su segundo, “White Flag”. Ahora cuentan con su más sólida formación en la que destacan la magnífica y muy personal voz de Philip Strand y las guitarras (y el bajo) de Häkan Aimbladh.

Otro punto distintito del nuevo trabajo es la amplia utilización de sintetizadores, así como un cuidado aún mayor a la hora de elaborar melodías que pueden tener hasta destellos pop y llegar a todo tipo de oídos abiertos. Todo esto está condensado en un genial arranque de disco con uno de esos estribillos pop de los que te hemos hablado para ‘Babylon’ en un arranque eufórico y alegre. Melodía lograda y sonido post-hardcore para ‘Hostage’ y locura total y variación de sonidos en una ‘Jericho’ con magníficos riffs de guitarra combinados con esos sintetizadores anteriormente resaltados. Momentos de rabia metalcore en la voz de ‘Holy Water’ y sonido mucho más electrónico y hasta bailable en ‘Mission Control’. Buen y melodioso lento casi emo con el atmosférico ‘Atmosphere’ y también exquisita melodía relajada y contagioso estribillo en la final ‘Chemicals’. (7’5)

Easy Life Records