Estamos ante el mejor disco del guitarrista Negro y ante uno de los mejores del último lustro para los amantes de la guitarra como instrumento. No extraña en absoluto que le tenga obnubilado al mismísimo Chris Brokaw, de los Come y Codeine. El maño Fernando Junquera ya demostró ser un músico más allá de la “Clase Media” con Estrategia Lo Capto o con su debut en solitario dentro del sello La Castanya, “Formación del Espíritu Nacional”. También mola como domador en la Orquesta Del Caballo Ganador o en su disco a medias con Esperit!, “Heráclito”, también en La Castanya y que también pasó con nota por estas páginas.

Ahora nos entrega su disco más redondo en vinilo y en compacto combinando de nuevo las sonoridades más íntimas provenientes del folk y del blues, con su magnífica técnica fingerpicking, con otros momentos cercanos al ambient, post-rock o electrónica. Comienza su emocionante masaje sonoro con “Piquitos”, un relajante tema que encandilará a los seguidores de The Durutti Column, o de su alma, Vini Reilly. Su domino del fingerpicking en “Toño” u otros momentos también debieran degustarlos los seguidores de John Fahey o Bert Jansch. Paz total en “Buen Orden” y alucinada narración en la modernizada “Valencia Cíborg”, también con efluvios a Reilly. Final absolutamente flipante con los más de 13 minutos de “Velocidad de Pérdida”, con algunos fragmentos relajados realmente hermosos. ¡Para los amantes de la guitarra como instrumento solista la nota aún debiera ser más alta!. (8,5)