Una década de vida y 5 discos grandes contemplan ya la trayectoria de la banda británica liderada por Blaine Harrison. Con todo este bagaje siguen siendo unos tipos difíciles de catalogar pues suenan al indie-pop del nuevo milenio pero no le hacen ascos al rock progresivo y experimental y se rayan a menudo con profusión de detalles psicodélicos con aroma a los años 60.
Es evidente que les han podido influir bandas veteranas pero cercanas en el tiempo como Mercury Rev o The Flaming Lips. Pero también beben de décadas pretéritas y grandes clásicos como Pink Floyd o la Electric Light Orchestra. Esta vez se han mirado todavía más hacia el interior y se han marcado un disco casi de corte conceptual inspirado en la obra del escritor científico Stewart Brand. Por esos derroteros va también el título del disco y la bonita carpeta y el precioso poster interior donde también aparecen sus letras.
La voz de falsete de Harrison protagoniza el inicio con ‘Telomere’ muy bien ayudado por una guapa combinación entre guitarras y teclados. Las guitarras psicodélicas te excitan en ‘Bombay blue’ con excelentes momentos reposados. ‘Bubblegum’ es un claro y destacado single y tiene un precioso estribillo de melodía épica y unos sobrecargados arreglos multicolor. Otro de mis temas favoritos es ‘1985’, otro estupendo lento con gran voz y un sensual piano. El conjunto remite al más clásico David Bowie. Sí que hay claros destellos a los Pink Floyd e incluso a la ELO en la extensa ‘Taken by the tide’. Se despiden con la cadenciosa melodía de ‘The end-up’ que casi la pudieran haber firmado los The Church de los años 80. ¡Siguen teniendo su punto!. (6,5)

Caroline / Music As Usual