Tercer trabajo en solitario de Meg Baird y primero donde sustituye sus fuertes raíces folk por un discurso aun mas íntimo y personal. No entendamos mal, el disco es muy folk, tanto en instrumentación como en planteamiento vocal, pero la sensación obtenida al escuchar estos temas es la misma que podriamos obtener si hicieramos una relectura de un diario antiguo. La suave, y a veces triste, voz de Baird nos guía a través de las canciones ahora acompañandonos, ahora acunandonos, ahora rezando por nosotros, y no podemos evitar el sentirnos reconfortados en la melancolía que empapa esta obra que, al igual que la vida, esta llena de claroscuros. En definitiva un disco que reconforta y entristece al mismo tiempo, con una voz privilegiada. Recomendable. (7)
DRAG CITY
