Estar en hora punta en Marrakech no es ninguna broma. Motos, coches, camiones, personas y otros tantos carros y caballos se concentran en un mismo espacio, una masa agitada que fluye orgánicamente en ambas direcciones. A diferencia de muchos países europeos, aquí la carretera y sus normas no son tan blancas y negras, sino más bien un espectro. Un proceso que puede resultar intimidatorio, pero también liberador; en lugar de reglas, hay una abrumadora sensación de atención.
Después de 4 km por la acera, doblé la esquina para correr por las calles antiguas de Marrakech, cerca del palacio, y me di cuenta de cómo el orden aparentemente desordenado de los carriles era en realidad vagamente tranquilizador. Del aislamiento de una zona para peatones pasé a la vorágine. Los negocios desembocaban en el tráfico, que a su vez fluía como el agua para encontrar el camino de menor resistencia.
Fue entonces, en ese primer recorrido de exploración matutino, cuando supe que estábamos ante algo realmente diferente para lanzar la colección Primavera Verano 23 de SOAR.
El plan se había fijado semanas antes: cinco días con 1.100 km de ruta. Empezaríamos en Marrakech, nos dirigiríamos al sur por el Atlas para descubrir el desierto, antes de girar al oeste hacia la costa, en Agadir, y luego volveríamos a Marrakech, atravesando el Atlas una vez más para terminar el viaje. Cuatro corredores se unieron a nosotros, dos del Reino Unido y dos de Italia, todos deseosos de rodar y probar la colección SS23 en su totalidad.
La lista incluía prendas de alto rendimiento para carretera, entrenamiento y trail. Hip-hop en la radio. A los pocos minutos de dejar atrás Marrakech, estábamos en primera fila ante un paisaje que cambiaba rápidamente y que sería el telón de fondo de nuestro trabajo y el escenario de nuestras carreras.
Mucha gente se había preguntado por qué no habíamos organizado el viaje con un guía o con una agencia. Pero con un poco de experiencia previa en rodajes en Marruecos y el as en la manga del corredor de origen italiano y ascendencia marroquí Badr Jafaari, confiábamos en estar preparados para todo, aunque los detalles exactos (*) y los paisajes alucinantes estuvieran aún por experimentar.
*La policía sólo nos paró una vez, a pesar de tener controles de carretera a la entrada de cada pueblo. Badr suavizó las cosas, añadiendo que allí se trata a los atletas con respeto.
Otros corredores del equipo eran la italiana Francesca Marangi Agostino, especialista en 1.500 metros, recién salida de una beca en Estados Unidos y que ahora completa un máster en Turín, y dos británicos, Oli Prior y Abdi Hamund, ambos caras conocidas en SOAR.
descubre la colección en: www.soarrunning.com