El viernes, el festival careció de grandes atracciones. Unknown Mortal Orchestra ofreció una actuación de psicodelia y funk que destacó en medio de un cartel sin grandes nombres. Sleaford Mods presentaron un espectáculo mejorado en comparación con su última visita, aunque el formato de voz en directo sobre bases pregrabadas limitó la experiencia. Black Pumas, a pesar de problemas con el sonido bajo, ofrecieron un show de alta calidad que fue uno de los mejores del día. Måneskin, aunque populares, ofrecieron un espectáculo que no logró impactar tanto, y Sum 41 proporcionó una actuación intrascendente. The Breeders cerraron la jornada con un concierto que, aunque efectivo en algunos momentos, parecía más un ensayo que una actuación completa.
El sábado fue una jornada intensa y emocionante. Nathaniel Rateliff & The Night Sweats ofrecieron uno de los conciertos más memorables del festival, combinando rock, folk y soul con una energía vibrante. A pesar del calor, la banda logró mantener al público animado y comprometido, cerrando su actuación con una versión de Springsteen y compartiendo un trago con el público.
Avril Lavigne, aunque nostálgica y entretenida, se vio afectada por problemas de sonido en el escenario principal, lo que restó calidad a su actuación. La falta de grandes nombres en el sábado permitió descubrir nuevas sorpresas, como el country rock de Lord Huron y el soul de Joel Culpepper, quien se destacó como una revelación del día con su interpretación influenciada por la Motown.
El cierre del festival fue encabezado por The Killers, quienes ofrecieron una actuación espectacular. La banda, con Brandon Flowers a la cabeza, ofreció un show lleno de energía y éxito tras éxito. Con una producción impresionante y una conexión fuerte con el público, The Killers supieron manejar el sonido deficiente del escenario principal con habilidad. Su actuación incluyó clásicos como “Mr. Brightside” y “Somebody Told Me”, y culminó en un final apoteósico con un medley de sus grandes éxitos.
The Kooks, aunque sólidos en el segundo escenario, ofrecieron una actuación más olvidable, y Ashnikko se centró en el espectáculo visual en lugar de la calidad musical. A pesar de algunos problemas, el Mad Cool 2024 fue una edición destacada, con mejoras notables y una programación variada que dejó una impresión positiva en el público
En resumen, el Mad Cool 2024 comenzó con un contraste de actuaciones que, aunque afectadas por el intenso calor, ofrecieron una variedad de experiencias musicales que mantuvieron al público entretenido a lo largo del día.