Aunque Kraftwerk no son tan reconocidos por el gran público como otros grandes de la música como los Beatles o Elvis Presley, su existencia y legado marca la cultura pop desde mediados de los 70. Con ellos la música electrónica pasó de ser algo experimental a ser un fenómeno musical y cultural de masas, que ha llegado a dominar la música en el siglo XXI. Su influencia trasciende a la música electrónica, de la que beben el synth pop de los 80 o el tecno de Detroit, también influyó en la creación del rap, el electro funk, la música industrial, el post-rock, la new wave y a grupos como Joy Division, New Order, Devo, Human League o Throbbing Gristle entre otros muchos.
Todo empezó cuando Ralf Hütter y Florian Schneider se conocieron a finales de los 60 en un curso de improvisación en el conservatorio de Dusseldorf. Primeramente formaron parte de la banda Organisation y posteriormente formaron Kraftwerk en 1970. En sus primeras grabaciones (Kraftwerk, Kraftwerk 2 y Ralf & Florian) aun siendo buenos discos de krautrock y aunque ya usaban por primera vez sintetizadores para la creación de música no llegan a profundizar en las estructuras y melodías electrónicas con el nivel que alcanzarían posteriormente.
En 1974 llegó el futuro. Con la publicación en 1974 de “Autobahn” la música experimental hecha con sintetizadores pasaba a tener una dimensión emocional y se abría a la cultura pop. No entendida por muchos críticos musicales de la época que la aborrecieron, tildándola de música insensible, vacía e incluso de nazi. Otros muchos se dejaron atrapar por la fascinación por el futuro que evocaba la música del grupo de Düsseldorf. Se abría una nueva era.
Tras Autobahn llegarían su otros cuatro discos cumbre entre 1975 y 1981, “Radioactivity” (1975), “Trans-Europe Express” (1977), “The Man Machine” (1978) y “Computerworld” (1981). A estos hay que añadir “Techno Pop” (1986), “The Mix” (1991) que vendrían posteriormente y que no tendrían la repercusión de los anteriores.
En 2010 como conmemoración del cuarenta aniversario de la formación de la banda alemana, Kraftwerk organizó en su Düsseldorf natal una serie de ocho conciertos consecutivos cuya temática era cada uno de sus ocho discos. Años después repetirían en el MOMA de Nueva York y la TATE Modern Londinense. Este hecho provocó la locura colectiva de sus fans por verlos tocar cada uno de sus discos. Las entradas se agotaron en pocos minutos y los servidores de la TATE se colapsaron debido a la gran demanda, lo que provocaría la ira airada de muchos de sus seguidores .
Afortunadamente “The Catalogue 1 2 3 4 5 6 7 8”, como se llamó a este evento, llegará en octubre al museo Guggenheim de Bilbao. Repetirán el mismo formato, un concierto por día por orden cronológico de sus ocho discos acompañados con proyecciones en 3D. Y para que el espectáculo sea visto por el mayor número de gente los propios Kraftwerk han pedido a la organización que no se vendan