Autor: Pedro Mairal
Editorial: Libros del asteroide

Lucas Pereyra, un escritor que ha sobrepasado los cuarenta, nos cuenta sus peripecias tanto sentimentales como literarias en esa difícil edad en la que ya no se es joven pero tampoco viejo y, por tanto, uno se encuentra en una especie de territorio de nadie. El libro posee un marcado tinte autobiográfico y la dosis justa de cinismo, ironía y malditismo. También parodia el mundillo literario pero estimo que de manera no premeditada y ahí radica otra de las virtudes del libro: en que hay ciertas cosas que son tragicómicas contadas tal y como son sin que haga falta adulterarlas. Me pareció especialmente significativo en este sentido, un capítulo que narra uno de esos festivales literarios (que suelen integrar las tareas que tiene que desempeñar actualmente un autor) en los que se mezcla literatura con cultura new age, y que finalmente son una excusa para drogarse y tratar de practicar el adulterio. “La Uruguaya” es un retrato magistral de una franja de edad y de una generación concreta. Entrando en más detalles en el argumento pero cuidándonos de no destripar el libro, adelantaremos que Lucas Pereyra viaja en La Uruguaya de Buenos Aires a Montevideo para recoger un dinero que le han mandado desde el extranjero y que no puede recibir en su país debido a las restricciones cambiarias. Casado y con un hijo, no atraviesa su mejor momento, pero la perspectiva de pasar un día en otro país en compañía de una joven amiga es suficiente para animarle un poco. Una vez en Uruguay, las cosas no terminan de salir tal como las había planeado, así que a Lucas no le quedará más remedio que afrontar la realidad. Narrada con una brillante voz en primera persona, “La Uruguaya” es una divertida novela sobre una crisis conyugal que nos habla también de cómo, en algún punto de nuestras vidas, debemos enfrentarnos a las promesas que nos hacemos y que no cumplimos, a las diferencias entre aquello que somos y aquello que nos gustaría ser.