SAINT-MALO (FRANCE). 17-20 AGOSTO 2017
Saint Malo es una de las ciudades más impresionantes y turísticas de Bretaña. Sitiada por un mar turquesa salpicado de diminutas islas, la ciudad se erige orgullosa en un peñasco de piedra medieval. Sus altos muros y estrechas calles acogen cada verano a un sinfín de turistas. Pero es en la segunda quincena de agosto, cuando al “turista tipo”; ese cazador de instantáneas con el móvil y devorador de mejillones y otras delicias de la gastronomía local, se le une otro igual de urbanita, pero que a parte de playa, buena comida y paseos, busca desconectar en la ciudad fortificada con un fin de semana de camping y música al aire libre. Es el público del Route du Rock, un festival que con la fatídica edad rockera de veintisiete años, no tiene pinta de que vaya a acabarse en un futuro cercano. Un entorno idílico, buen ambiente y una programación ecléctica, que se mueve sin prejuicios entre el rock, el indie, el punk o la electrónica, son la base de su éxito. Tiene ese toque apacible, cómodo y cercano, de los festivales sin desorbitados cabezas de cartel. Todos lo son en cierta manera, depende de para quien. El recinto cuenta con dos escenarios, uno enfrente del otro, que hace que no haya prisas, ni agobios, ya que los conciertos se suceden uno tras otro, nunca solapándose.
El festival comenzó el jueves en la sala La Nouvelle Vage con el showman australiano Alex Cameron y sus aires de glam rock y crooner setentero. Tras él le tocó el turno a Andy Shauf y su pop espiritual, que creó una atmósfera íntima, casi monástica, dejando el listón alto para la tercera y última banda de la noche; los aclamados (y en boca de noticiarios de todo el mundo por otras cuestiones) Allah-las. Los estadounidenses le van al Route du Rock que ni pintados, con su estética y tonadas de club marítimo, con títulos como “Catamaran”, no desentonaban con los aires del lugar. El público entregado desde la primera nota, coreaba y bailaba sus composiciones pop sobre veranos interminables.
Viernes, segundo día y primero en las instalaciones del fuerte Saint-Peré. Situado a las afueras de la ciudad el emplazamiento es cómodo y amplio, a escasos metros del camping, desde el que partía el público en masa para ver el primer concierto destacado de la tarde; Pj Harvey. Lejos ha quedado la PJ de sus primeros discos, guerrera y rebelde, ahora es toda una señora, una diva del indie, que, con un saxo en la mano la mayor parte del concierto, supo estar a la altura de sus viejos y nuevos oyentes. Otros de los destacados de la jornada fueron Car Seat Headrest, una joven banda americana capitaneada por “Willi Toledo” (no el que conocemos por aquí, no se asusten), si no un jovenzuelo (1992) capaz de componer temas que bien podrían ser de Pavement y que ya han publicado Matador Records. Idles son una de las bandas que más sorprendieron el viernes, su punk corrosivo pero contenido, encendió al personal, con un showman entregado y visceral que interactuaba con el público con humor negro y provocación. Vienen desde Bristol y su primer y único disco se llama “Brutalism”. Atentos que prometen.
La jornada del sábado comenzó con Cold Pumas, haciendo gala de la urgencia de unos de Joy Division y The Fall mezclados con los Sonic Youth más hipnóticos. Tras ellos Parquet Cours nos hicieron recordar a los Television del “Marquee Moon”. Jesus and Mary Chain hicieron un repaso a su carrera con la puesta en escena sobria y distante que les caracteriza. Tocaron temas de su último álbum “Damage And Joy” para después pasar por clásicos ineludibles como “Just Like Honey”. Black Lips hicieron lo que se les presupone; una fiesta gamberra y desfasada. En esta ocasión traían una chica tocando el saxo y toneladas de papel higiénico, que discretamente su roadie lanzaba al público, y este a su vez devolvía al escenario. Su actitud siguen siendo impostadamente punk, es decir inevitablemente impuesta por la rutina y la costumbre. Aún así, y como siempre, provocaron el desfase generalizado.
Domingo, último día en el fuerte, el ambiente es relajado y perezoso, ideal para unos The Proper Ornaments que abren la jornada con su folk psicodélico. Proyecto formado por un miembro de Toy y otro de Veronica Falls sus composiciones echan raíces en el pop de los Byrds, impregnadas de una densa psicodelia. A medida que avanza la tarde el recinto se va llenando, se acerca la hora de Mac Demarco, uno de los más esperados. Con su genuina cara de adolescente travieso, y cigarro en mano, saltó a escena para presentarse a él, y a los músicos. Vaya personajes todos y cada uno de ellos, desde luego no desentonan entre sí. El público les ovaciona, incluso alguno lanza una mazorca de maíz al escenario con la que Mac bromea. Y cuando están ya entregados con las bromas del canadiense, empieza el recital con el flow de “On the level”. A veces, y en directo, Mac Demarco se convierte en una especie de Marven Gaye del indie. Gran concierto, suave, suave. Destacó, por inédita y adaptada al medio, la versión que hizo del hit de pop comercial de los dos miles “A thousand miles” de Vanessa Carlton. Interpol o esa banda que dejó un disco (“Turn on the bright lights”) y del que no supimos nunca más. Falta de interés, creo que generalizada, pero es que nunca hicieron nada mejor que eso. Su concierto, donde repasaban íntegramente (y en orden) el susodicho disco lo atestigua. Vestidos con monos rojos, cual internos en una cárcel o un psiquiátrico, salieron Ty Garrett Segall y los suyos. Comenzaron con “Break a guitar” el primer corte de su último álbum “Ty Segall”. Desde el inicio fueron demoledores, virtuosos y enérgicos. Sus temas, alguno de más de diez minutos, nos transportaba a un concierto de rock de los setenta, psicodelia y rock de alto voltaje a partes iguales. Las guitarras sonaban fieras y hirientes, la base rítmica extremadamente contundente y potente. Sin duda Ty Segall fue uno de los grandes conciertos del festival. Con el sonido de Ty retumbando aún, nos despedimos del Route du Rock, en esta primera incursión a tierras bretonas, un festival que nos ha dejado muy buen sabor de boca y con la mente puesta en próximas ediciones.