Como ellos mismos confiesan “estamos ante un disco más elaborado y maduro”. Si el primer trabajo de la banda dejaba pocas dudas acerca de por dónde discurrían sus gustos musicales, este segundo trabajo les reafirma en la misma tendencia. Las canciones de este disco son más directas, pero más variadas a nivel de instrumentación: guitarras eléctricas, acústica y piano se disputan el protagonismo. Una de las bazas de este grupo es que, al cantar en castellano, consiguen darle un toque de originalidad y frescura a su pop de marcada influencia británica. Lo cierto es que me alegra reseñar a una banda malagueña que suene tan de puta madre y que facture temas que bien podrían convertirse en himnos del pop patrio.

Francisco Daniel Medina