Delicioso folk con matices y voces de aromas orientales, buenos arreglos de cuerdas para unas canciones que nos dan una lección atemporal de historia con ecos a Bon Iver, Father John Misty, Kacey Musgraves o incluso Michael Nyman. Es muy importante en este disco casi conceptual la historia que nos cuenta. “Omoiyari” es una palabra japonesa (origen de Kishi Bashi) que viene a traducirse, más o menos, por empatía. Esa es la clave para solucionar, o intentarlo al menos, los duros problemas socio-políticos que atraviesan los Estados Unidos (y el mundo occidental en general) en cuanto a la actuación de la supremacía blanca. El racismo, el muro mexicano y la represión están entre las peores consecuencias de todo esto.
Para ello Bashi nos cuenta las historias que vivieron sus padres al quedarse en los Estados Unidos tras el bombardeo de Pearl Harbor. Viendo lo que sucede hoy en día podemos también imaginar cómo pudo haber sido aquella dramática situación. Para narrarnos esta apasionante lección de historia Bashi ha dado protagonismo a su preciosa voz, con ciertos aires a la de Bon Iver, y a sus subliminal violín, amén de buenos arreglos electrónicos pero con resultados muy orgánicos. Pero también ha contado por primera vez con importantes ayudas externas. Han sido las del muy importante violonchelo de Takenobu y la del banjo y el bajo de Mike Savino.
Así comienza este viaje al pasado, para no repetir los errores en el presente (algo que no está sucediendo, por desgracia) con las cuerdas y las hermosas voces de ‘Penny Rabbit And Summer Bear’. Se nos muestra más alegre y rítmico con buenos teclados y logrados coros en la canción que nos habla de otro nombre básico en esta historia como ‘F Delano’. Delicioso órgano n un ‘Marigolds’ que puede encantar también al os seguidores del primer Bon Iver, algo que también p uede suceder con ‘Angeline’ y su alegre estribillo. En ‘Summer Of ‘42’, el genial violín de Bashi y el chelo nos traen ecos al Michael Nyman más pop y asequible. Algo que se acrecienta en ‘Violin Tsunami’, cuyo título ya habla por sí solo, pero en cuyo tema resplandecen también las voces hasta límites memorables. Casi 6 minutos en los que también parecen sonar emotivas steel guitars. ‘Theme From Jerome (Forgotten Words)’ es el tema en el que mejor se engarzan lostres músicos. Comienza brillando el chelo de Takenobu, pero luego sorprende el banjo de Savino y los guapos ambientes orquestales y unas voces de matices épicos. Mágico final con ‘Annie, Heart Thief Of The Sea’ combinando a la perfección sonidos country americanos con aromas a folk japonés. Las dos culturas de un Kishi Bashi que ha firmado su mejor disco. Un disco sin necesidad de singles porque conviene escucharlo del tirón.
JOYFUL NOISE / POPSTOCK!