Uno de los grandes problemas de los profesionales de la imagen en los últimos años es el de eliminar, obviar o apartar el elemento humano. El privar al relato la parte más real de la propia existencia que son todas y cada una de las personas que existen en ella. Afortunadamente, aún quedan artistas preocupados por conocer la cara B de todo aquel que pasa por delante de su lente, de estudiar la parte sentimental de la estética y de no dejar nunca de trabajar por mostrar el lado más distinguidamente vulgar de la realidad.
Y así es Juanfe, cámara y director, malagueño de corazón, viajero y nadador, uno de esos profesionales que sólo se preocupa de si se te ha corrido el rímel solamente si es para ofrecerte su pañuelo.

Nací en Córdoba, pero a los tres años ya estaba en Málaga, así que crecí junto al mar Mediterráneo entre la Malagueta y el Palo. La mayor parte de mi vida la he pasado nadando y disfrutando del agua, ya sea buceando, cogiendo olas en el mar o navegando con algún amigo, aún sigo nadando. Estudié periodismo en la universidad, pero en cuarto de carrera el gran Pepe Oyarzábal abrió a mi mente el mundo de la fotografía, que me apasionó, ello me llevó a la cámara de televisión y al mundillo audiovisual.

Como cámara he hecho casi de todo, después de 10 años con base en Málaga, pero trabajando también por toda Andalucía Oriental en 2.010 me trasladé a Donosti y después de un año y medio allí mi chica y yo nos fuimos a Londres y allí realicé un master en documentales, donde conocí el maravilloso mundo de la no ficción audiovisual. Me encanta el medio documental porque no se puede controlar, al contrario que en la ficción, donde controlas todo, en el documental la historia es real y no para de cambiar todo el rato.

Yo diría que mi trabajo cuenta con un proceso muy artesano y personal. Aunque trato de adaptar mi técnica de rodaje y la forma de narración a cada película, para mí lo primero y más importante es la experiencia humana. Para ello necesitas investigar mucho, buscar la historia y las personas adecuadas, conocer a estas personas y que ellas confíen en ti, por muy largo que sea ese proceso de preproducción, es muy importante para que luego el rodaje sea más fluido y sincero entre ambas partes.

Ahora mismo estoy rodando mi primer largo “Construir un hogar”, esta relacionado con la crisis de la vivienda en España, los desahucios y como la gente queda tan afectada por ello que en algún caso llega a suicidarse. El tema lo conocemos todos, pero no se ha tratado desde la perspectiva que yo considero más interesante, se ha orientado más al rollo político, movimientos asociativos y a la crisis económica, pero nadie ha estado viviendo con un desahuciado, no se ha visto el día a día de una mujer cuyo marido se ha suicidado por culpa de la presión del banco o las consecuencias que tiene en una pareja un desahucio, esa agonía de vivir no se ha visto en el cine, aunque no todas las historias tenga un final triste, porque estas personas también saben reírse o lo intentan.

Trailer “Construir un hogar” 

La inspiración es algo que hay que trabajar, leer, tanto libros como prensa, me ayuda a desarrollar narrativas e ideas, al igual que ver películas o escuchar una canción me puede dar una idea o una sensación que me lleva a una solución de un problema de rodaje o edición. Muchas veces las ideas surgen de ver a la gente en la calle, ver sus comportamientos, como se mueven o miran, los observas y piensa que los mueve y te resuelven dudas o vienen las ideas, es maravilloso ¿no?

No creo mucho en los grandes personajes de la historia. La historia se hace y se mueve por el sacrificio de muchas personas anónimas, por eso si me preguntas que destaque una persona esa podría ser Stanislav Petrov, un oficial soviético que salvó a la humanidad de la aniquilación en 1983, al no responder a un falso ataque nuclear por parte de EE.UU. Hay un documental de 2015 sobre él llamado “The Man Who Saved the World”.

Pues recientemente y ya que me volvía de Londres en mi cabeza no paraba de sonar Home de Edward Sharpe & The Magnetic Zeros. Aunque también he tenido mucho tiempo Waiting Room de Fugazi, con su guitarreo inicial incluido. ¿Mis platos favoritos? La tortilla de patatas y porra antequerana, ¡¡me chiflan!!

No sé si tengo algún talento, secreto o no. Si se puede llamar talento, o forma de ser o experiencia de la vida, pero me gusta buscarle lo positivo a todo lo que me pasa, por muy malo que sea, y sonreír, sonreír siempre.

Ahora que vivo en Vitoria-Gasteiz, como tengo la playa lejos y no puedo ir a nadar al mar, me relaja mucho irme a nadar a la piscina y hacer 3000 o 4000 metros sin parar. Es como dice mi gran amigo Christian Jongenel de Brazadas Solidarias “nadar es como meditar en movimiento”, cuando sales del agua te encuentras relajado y con las pilas totalmente cargadas.