João Pina es un fotógrafo freelance, nacido en Portugal, pero actualmente se encuentra viviendo y trabajando en Latinoamérica desde el 2007. Desde allí ha desarrollado el grueso de su trabajo, centrado en el fotoperiodismo. “Cóndor” (publicado por BLUME) es uno de sus trabajos más destacados y que recupera una de las etapas más oscuras de la historia. En los 70 la CIA organizó un programa de contrainsurgencia en la que estaban implicados todas las dictaduras militares de esa zona (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) y que fueron las culpables de los miles de desaparecidos y torturados, además de propiciar golpes de estado que asolaron a Latinoamérica y truncaron su desarrollo. Un fotolibro imprescindible, no solo por su lenguaje fotográfico y su edición, sino también por la historia que nos cuenta, la de miles de vidas segadas y la de la interrupción de procesos democráticos.
La fotografía es una máquina de construcción de la memoria, de testimonio de la historia ¿Es esa la función de Cóndor, el de ser espejo de la memoria?.
No sé si Cóndor tiene una función tan determinada. Mi idea fue partir de la idea de memoria, de cómo las memorias de estos años siguen reflejadas por todas partes y con esos datos ir construyendo una narrativa visual que sí refleje partes de la memoria de esas personas que fueron víctimas de una de las operaciones mas siniestras del siglo XX.
Cóndor es un trabajo de largo recorrido, haciendo fotografías y documentándote durante 9 años ¿cambió tu forma de hacer y entender la fotografía?
Este trabajo, como todos mis trabajos personales (que no parten de un encargo) salen de una curiosidad mía alrededor de situaciones que han pasado pero que tienen un contexto histórico muy particular. Esa curiosidad a medida en que me documento va cambiando naturalmente mis perspectivas sobre la vida, la historia y la gente. Creo que eso sin ninguna duda cambia mi forma de ser, de hacer y de entender la vida y la fotografía.
Si en el año 2005, cuando empecé Cóndor, pensaba que lo podría terminar en 6 meses si tuviera dinero suficiente para hacer toda la investigación de un tiro, cuando finalmente lo terminé en el año 2014, me reía de mi mismo, pues habría sido un trabajo con muy poca profundidad para lo que una historia de este tipo se merecía. Entonces las fotos que hice tenían un determinado significado que yo esperaba que el publico al ver el libro y la muestra entendiera, pero el tiempo me ha enseñado que no solo pudieron entenderlo como ver cosas en mis imágenes que ni yo propio había entendido, y eso es lo maravilloso de trabajar de esta manera.
¿Tienes un modo de empezar una serie fotográfica?
No, no tengo ninguna fórmula pre-establecida cuando empiezo cada trabajo. Lo que trato de hacer es partir de una curiosidad mía sobre determinado tema, y salir a ver qué me pide cada trabajo. Hay trabajos cortos y de gran intensidad en los cuales paso 18h por día haciendo imágenes, y hay proyectos que voy fotografiando durante muchos años, con calma y hasta entender lo que quiero decir sobre esa serie.
¿ Qué peso tiene el proceso de investigación en tu trabajo?
Una vez más, depende mucho de cada trabajo. En mis proyectos personales, hay una tendencia hasta los temas relacionados con memoria histórica, y eso normalmente mide muchísima investigación, porque muchas veces son trabajos en los cuales no hay muchas referencias visuales, entonces me toca leer mucho, entrevistar personas, pasar días en archivos a estudiar cada detalle para luego poder entender lo que quiero decir fotográficamente. Pero también hay trabajos en los cuales la imagen esta delante de tus ojos y lo que me toca hacer es tomar esa foto desde mi punto de vista.
La fotografía es encuadre y la memoria selección y ambas unidas son un relato, que en última instancia es lo que se ha de desvelar. ¿La edición seria entonces el culmen del proceso, el modo de ayudar a desvelar la historia que cuentas?
No estoy tan de acuerdo con esa forma. La fotografía trata de muy subjetivamente encuadrar información, pero depende mucho de la forma como lo presentes y contextualices para que eso pueda ser considerado “memoria” y desvelar lo que sea. Yo pienso mas en mis fotografías en cuanto pequeñas historias de un puzle bien complejo, y la edición viene dar algún sentido para que el lector pueda buscar ahí información y llegar a sus propias preguntas o conclusiones sobre este tema. O sea, no soy “yo” el que cuenta la historia, sino los lugares y personajes que yo conocí y fotografié. Yo apenas organice y intente a mi manera dar algún sentido a todo esto, pero el que va a seguir el hilo y buscar mas información es el lector.
¿Ahora mismo hacía donde diriges tus intereses fotográficos?
Yo sigo trabajando como fotoperiodista, pero cada vez más apartado de la prensa. Ahora mismo estoy trabajando hace un par de años en mi próximo libro y muestra sobre un antiguo campo de concentración portugués que existió entre los años 30 y 70 del siglo XX en un pequeño pueblo de una Isla de Cabo Verde llamado Tarrafal.
Después de Cóndor donde tuve que recorrer 6 países enormes de América del Sur, mi idea es poder enfocarme en una historia en un lugar muy pequeño y particular.