Jamie 4 President

1 August 2013 Texto: Francisco Daniel Medina. Fotografía: Archivo. excepto (*) Sergio Albert Avilés.

La Música al Poder.

Hace algunos años estuve en Hull, una ciudad situada al norte de Inglaterra. Visité la universidad y me llamó la atención el hecho de que, uno de los principales puntos que incluía el programa electoral de uno de los candidatos a representante de los alumnos, rezaba: Prometo más música. Ahora me acuerdo de aquella anécdota y pienso que, tal vez, y más teniendo en cuenta como está el patio, no estaría mal que un músico accediese a la presidencia. ¡Jamie 4 President! Nuestro voto ya lo tiene y esperamos que, a vosotros, también os convenza. Tal vez la buena música no sea capaz de resolver la actual crisis económica pero os aseguro que, como mínimo, ayuda a sobrellevarla.

Hay elecciones anticipadas, te presentas como candidato, y resultas elegido. Coméntanos someramente los tres puntos fuertes de tu programa electoral.
“Sleepwalking”, “Where Did Our Youth Go?” y “The Only Ones Alive”. Creo que son tres eslóganes que funcionan bastante bien. Yo sólo soy el presidente de mi banda. Ni siquiera fui presidente de mi High school. No creo que fuese un buen presidente del Gobierno. También es cierto que hacerlo peor que los sin vergüenzas que tenemos aquí actualmente por políticos sería realmente difícil.

Resúmenos el proceso de gestación de este disco. ¿Cuánto tiempo llevabas trabajando en las canciones que lo integran? ¿Es finalmente el disco el resultado de lo que tenías en mente desde un principio o todo ha ido mutando?
La verdad es que nunca me había planteado hacer un disco en solitario. Todo ha evolucionado de forma natural. Empecé a componer algunos temas que no encajaban con el estilo de Bikes & Girls, la banda en la que llevo tocando desde el 2010. Componía temas con bastante facilidad así que decidí hacer un proyecto paralelo a la banda. Pablo y Óscar (mis compañeros de Bikes) me animaron, y en verano de 2011, estando en Málaga, grabé 7 temas en forma de Ep casero el cual me produjo Juanlu Gutiérrez (ex-compañero de Notes to Myself). Así comenzó todo. Las diez canciones que integran el disco han sido compuestas a lo largo de un año más o menos. Cuando las tenía definidas me puse en contacto con Luca Petricca para grabar con él en Studios Reno y así fue todo. Reuní a los músicos y, durante Agosto del 2012, les mostré las canciones, y en Septiembre entramos al estudio a grabar. En 13 días estaba el disco grabado y mezclado. Tanto Luca como los músicos hicieron un trabajo extraordinario.

Cuéntanos algo acerca del futuro más inmediato, de la promoción del disco: conciertos, vídeo clips. La criatura ya ha nacido y nadie duda de que es preciosa pero qué es lo que viene ahora. ¿Te gusta más estar encerrado en el estudio o tocar en directo: la parte íntima y solitaria del artista o la interacción con el público?
Bueno, ahora en verano tenemos conciertos donde estaremos tocando los temas del disco más algunas canciones nuevas que nos tienen bastante motivados. Tocamos en un par de festivales y, de aquí a finales de año, me gustaría tener el disco editado en formato físico. Ahora hay que tocar en directo y mucho. Se trata de un proyecto nuevo y hay que darle rodaje. Lo del vídeo clip no lo he pensado aún, pero tenemos pendiente grabar una sesión en directo de varios temas. En cuanto a la segunda parte de tu pregunta, es curioso porque siempre había sido el directo lo que más me había motivado en el pasado. Quizás porque las pasadas experiencias en el estudio no habían sido del todo satisfactorias. Ahora es diferente: la grabación de este disco fue tan gratificante que estoy deseando meterme otra vez en el estudio.  A la vez, esa interacción a la que haces referencia, es incomparable de cierta manera. Lo que sientes cuando tocas en vivo es muy especial y las canciones cobran una energía distinta.

¿En qué te ha ayudado el peregrinaje a Madrid en tu carrera musical?
Diría que bastante, por lo menos en cuanto al proceso creativo. No sabría decirte exactamente por qué pero ahora me pongo menos barreras. Creo que, vivir experiencias nuevas, es inspirador a pesar de que éstas no siempre sean 100% positivas. El año pasado fue un año difícil en muchos sentidos pero muy positivo a nivel creativo. En cuanto a motivación, me veo ahora mismo rodeado de amigos que compartimos muchos proyectos y hay mucha complicidad. Se respira música por todos lados y eso te hace sentirte vivo.

Cuéntanos algo acerca de tus proyectos paralelos. Hemos seguido muy de cerca el trabajo de Bikes & Girls. ¿Cómo va la vida de las bicis?
Bikes & Girls vamos a nuestro ritmo y lo que hacemos cada vez lo hacemos mejor, en mi modesta opinión. En los últimos meses, hemos hecho un replanteo importante de cara al directo: hemos quitado los ritmos programados y ahora hacemos las bases en directo. Además hemos incorporado a nuestro amigo Jeff al bajo y el sonido de la banda ha ganado indiscutiblemente. Suena menos artificial, más orgánico y con más corazón, por decirlo de alguna forma. Las canciones antiguas están evolucionando hacia terrenos que nunca nos hubiésemos imaginado. Como todos tenemos proyectos aparte de las bicis, a veces, la banda no recibe el tiempo y mimo que merece pero todos los componentes le tenemos un cariño especial y para mí temas como “Your Love is Fading” o “Drunk Boys Don’t Have a Clue” son de los que me siento musicalmente más orgulloso de todo lo que he hecho en los últimos tiempos. Si J4P es mi novia a la que quiero, B&G es mi amante sensual y enigmática a la que veo todos los fines de semana y no me puedo quitar de la cabeza.

¿Hacia dónde fue nuestra juventud?
Si te soy sincero, quería que me hicieses esa pregunta. Se me ocurrió ese título y me gustó porque funciona en dos niveles. Por un lado, el personal, verse ya con treinta y pico años y comprobar que, aunque en esencia eres la misma persona, ya son otras cosas las que te proporcionan satisfacción. Ver a tus íntimos ya casados, con hijos y otras responsabilidades propias de adultos, y asumir que muchos recuerdos han pasado a ser definitivamente sólo eso: recuerdos. Por otro lado, comprobar, cómo puedo hacer yo cuando doy cursos a grupos de adolescentes, cierta parálisis emocional y comunicativa. No quiero sonar condescendiente con esto, y no digo que mi generación fuera mejor pero creo que hay cosas básicas que se están perdiendo. Las relaciones son cada vez más virtuales y, aunque tenemos más información, creo que paradójicamente estamos cada vez más aislados e insensibles a lo que ocurre a nuestro alrededor. Cuando voy andando por Madrid y veo a todo el mundo abstraído en su teléfono, ello me produce una sensación muy extraña. Hablas con la gente y parece que sólo captas un 25% de su atención. Tengo un smartphone desde hace una semana y ya me caigo un poco peor que antes.

En algún lugar he leído que os comparan con una especie de Death Cab For Cutie noventeros. ¿Secundas esta descripción aunque sea con matices?
Bueno, ya sabes que lo de las comparaciones es complicado. A ver, no sé si esa banda en concreto es la comparación más acertada, aunque tienen algunos discos muy redondos. El rollo noventero puede ser que salga casi por defecto, porque es la música que marcó nuestra adolescencia y quizás en directo se potencie aún más. Aparte del indie 90’s creo que nuestro sonido también tiene un toque de pop clásico de los 60 y también del new wave de los 80. A veces, a la gente tu música les suena a lo que quieren que suene y eso no es del todo malo. Opino que, si el artista es libre a la hora de expresarse, el oyente también lo es a la hora de interpretar o definir esa música. Un gran amigo me dijo que, si tuviera que decir algo con respecto al álbum, diría que es una especie de mezcla entre Elliott Smith y los Weezer de la primera época. Eso me gustó.

¿Qué bandas o solistas actuales consideras absolutamente imprescindible seguir de cerca? Alguna nacional y alguna de fuera…
Lo cierto es que no soy últimamente tan fan incondicional de ninguna banda. Más que nada, me pueden llamar la atención temas puntuales. A ver, a nivel internacional, el último disco de Tame Impala me pareció muy redondo, con buenos temas y un sonido alucinante. El último de Chromatics y, en general, todo lo que hace Johnny Jewel me parece muy interesante. Beach House me gustan para escuchar en casa, y bandas ya consagradas como The Flaming Lips siempre salen con algo que merece la pena. Con respecto a las nacionales, hay cosas interesantes pero destacaría, por ejemplo, a Fira Fem, quienes tienen uno de los mejores directos que puedas ver en el país y me da a mí que su segundo disco va a ser tremendo. Allfits es otra banda que me encanta siempre ver en directo, creo que tienen mucha personalidad y fuerza. Sigo de cerca siempre lo que hacen mis ex-compañeros de Notes to Myself. Por ejemplo, lo último que ha sacado Juanlu con Three Broken Tapes me parece una pasada y estoy deseando escuchar lo nuevo de Modo Bélica. También me han dicho que el directo de Betunizer es arrollador pero no les he podido ver aún.

¿Qué opinión te merecen los festivales? ¿Consideras que es el lugar idóneo para ver a un grupo de vuestras características?
No creo que sea el lugar idóneo para vernos a nosotros ni a ninguna otra banda, y me parece una barbaridad la injusta descompensación que hay entre la pasta descomunal que pagan a bandas grandes y viejas glorias y la miseria que suelen pagar a bandas más pequeñas o locales. A ver, no estoy en contra de los festivales; de hecho, me parecen muy divertidos. Sólo que es raro ver a una banda en un festival en su mejor versión. Para eso mejor en una sala. El encanto de los festivales creo que reside más en la experiencia que en lo puramente musical. Rara vez me gusta más la actuación de una banda en un festival que en una sala pequeña y más íntima. Eso sí, seguramente, es donde mejor me lo he pasado. Pero por razones bien distintas.

Recientemente, he leído un ensayo escrito por Juan Bonilla titulado ‘La costa del sol en la hora pop’. Habla acerca de ese Torremolinos de los 60 que ya ha sido mitificado en alguna novela y en el que, al parecer, la costa del sol era como una especie de Ámsterdam, cuna de hippies y del libertinaje, y también narra cómo todo se ha convertido con el tiempo y la fiebre del ladrillo en una especie de infierno. ¿Echas de menos algo de Torremolinos?
Es curioso que me preguntes esto porque, cuando vuelvo allí ahora, me entristece ver en lo que se ha convertido. Mis padres se conocieron allí y yo fui de cierta manera un producto de ese Torremolinos idílico del que hablas. Me han contado cosas increíbles de aquella época. Cuando yo me mude allí de Inglaterra en el 87, aún estaba en pleno apogeo y recuerdo que, en comparación con el norte de Inglaterra gris e industrial donde pase mis primeros años, me pareció un paraíso. Incluso hasta hace unos diez años no estaba tan mal y tengo grandes recuerdos de ello. No en todos sitios puedes ir a la playa con tus amigos y un grupo de nórdicas que has conocido esa misma noche, con botellas de cava y darte un chapuzón a las 4 de la mañana. Pero la puta fiebre de la construcción y las pésimas leyes impuestas se lo han cargado todo, por lo menos estéticamente. No cabe ni un edificio más y no hay nada más deprimente que una zona turística de capa caída. Tanto yo como Óscar, crecimos allí pero nos resulta muy difícil imaginarnos viviendo allí ahora. En todo caso, echo de menos de allí el clima, la playa, la familia y los amigos; lo que, al fin y al cabo, termina mereciendo la pena de verdad. No conocía ese ensayo que citas pero me encantaría leerlo.

¿Por qué Óscar de la Fuente, Jefferson da Rocha y Pablo González? ¿Sería este proyecto lo mismo sin ellos?
Óscar y Pablo siempre iban a forma parte del proyecto. Conforme iba sacando canciones se las iba mostrando a ellos y, por lo tanto, conocen los temas casi mejor que yo. Aparte, hay pocos baterías que me puedan transmitir lo que me transmite Pablo y pocos guitarristas que me transmitan lo que me transmite Óscar. Lo de Jeff fue diferente porque, en el disco, los bajos corrieron a cargo de Miguel Rueda. Se trataba del bajista idóneo para el disco que quería grabar y, en mi opinión, el trabajo del bajo es una de las joyas del disco. Pero él vive en Málaga y entonces era complicado que pudiera participar en el proyecto a largo plazo. Jeff es un gran amigo y, además, vive en Madrid lo cual le convertía en el candidato idóneo. Él llevaba unos años sin tocar el bajo pero le pasé los temas, desenpolvó el bajo y la siguiente vez que le vi se había aprendido todas las canciones. Fue impresionante. Sin duda, el proyecto sería diferente sin ellos. Seguirían siendo mis temas pero no tendrían el toque que ellos le imprimen. Cada uno aporta su sello personal a las canciones, y eso se nota aún más en los temas nuevos los cuales se han desarrollado más a través de ensayos conjuntos.

¿Otras aficiones aparte de la música?
Soy también adicto al cine y también me gusta leer. También me apasiona viajar pero no puedo hacerlo tanto como quisiera. Me gusta pasar una buena tarde en casa con buenos amigos charlando, bebiendo cervezas y escuchando música. Creo que, en esos momentos, soy plenamente feliz.

¿Qué importancia tienen las letras en el disco? ¿Algún tema que te obsesione particularmente? ¿Cantarías en inglés si ésta no fuese también tu lengua materna?
Para mí viene siempre primero la melodía y luego las letras. Pero claro que tienen importancia: me gusta que tengan cierta profundidad y que estén abiertas a posibles interpretaciones. Escojo ciertas palabras porque suenan bien musicalmente. La palabra “youth”, por ejemplo, no sé cuantas veces aparece en el disco, pero te aseguro que muchas. “Cherry It’s Alright” fue la primera canción que compuse para el disco y la letra tiene elementos muy personales. Para mí, ésa es especial. El tema que da título al disco tiene una letra importante para mí ya que hace referencias al pasado y también a la posibilidad que ofrece el futuro. Las letras suelen ser más que nada personales pero “Blind Man’s Proof”, por ejemplo, tiene una temática y un trasfondo más social y universal que creo que funciona bastante bien. No me había preguntado nunca si cantaría en inglés si no fuera mi lengua materna. En el ámbito indie ahora en España está mejor visto cantar en castellano, cosa que me parece bien. La cuestión fundamental es que suene honesto y nunca forzado. A mí me sale más natural cantar en inglés por cuestiones de fraseo, y porque creo que me expreso mejor que en castellano. Pero no sé, es posible que en el segundo disco haga algún tema en castellano, sería interesante. Quizás también hubiera preferido hacer esta entrevista en inglés (risas).

jamie4president.bandcamp.com

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