Han pasado 4 años pero Guillamino no estaba muerto, estaba de clausura. Ha regresado con un “Fra Júpiter’ fraguado en la celda del monasterio de Poblet y ha creado su disco más místico, folk y ascético. Todas las letras y músicas se gestaron en una semana de clausura en una celda y con voto de silencio. Guillamino toca todos los instrumentos y sólo le ayudan en las voces el Coro Infantil Petits Cantors Amics de la Unió, dirigido por Marta Dosaiguas. Luego están las especiales mezclas de El Petit de Cal Eril, uno de los artistas más significativos y populares de Bankrobber.
Las guitarras y las voces se grabaron en la sala de música de la Torre Real del Monasterio de Poblet a base de primeras tomas con una cálida reverberación natural.  Abre, lógicamente, el ‘Càntic D’entrada’ con ese cierto eco realmente hermoso, con buen órgano y latidos folk. Luego está el citado coro en las emocionales voces. En ‘Serpent’ sigue el folk con teclados psicodélicos y espaciales y ‘Cançó’ adapta el último poema de Màrius Torres. En algunos temas también toma prestados para las letras algunos versículos del Antiguo Testamento. En la romántica ‘Perdura Eternament el Teu Amor’ suena desnudo y espectral con voces y acústicas y recuerda al primer y mejor Devendra Banhart. También debiera llegar a seguidores de Chad Vangaalen, Sufjan Stevens o The Tallest Man On Earth. Su voz casi en falsete emociona en la sencilla ‘Un Tros de Pa’ y todavía suena más puro en la íntima y confesional ‘Tremolor’. Eso antes de acabar con la sorprendente versión de Sangtraït, ‘Els Senyors de les Pedres’ con un sonido más pop gracias a la aparición de la batería.  Conviene destacar también como merece el excelente diseño gráfico del disco en una original funda y con letras medievales del que se ha encargado el artista Ramon Ponsatí. ¡Nunca una clausura y un voto de silencio tuvieron tan buenas consecuencias musicales!. (7,5/10)

Bankrobber