Portada y nombre de banda con misterio para una formación muy interesante y novedosa aunque con nombres de músicos clásicos en su formación. De hecho se viene hablando de súper-grupo y no es extraño por la impactante confluencia de buenos músicos dentro del quinteto es una auténtica pasada. Los principales instigadores fueron los guitarristas Ben Weinman, de The Dillinger Escape Plan y Brent Hinds, de los tremendos Mastodon. La candidata a cantante iba a ser Juliette Lewis, pero al final el puesto recayó en William DuVall de los Alice In Chains que lo borda realmente. En la sección de ritmo el monstruo de la batería de The Mars Volta, Thomas Pridgen y el bajista de Dethlok, Pete Griffin.
Su estilo lo definieron ellos mismos como “Progressive Punk Dance” y es una original y bastante fidedigna definición, porque no son precisamente fáciles de encasillar pues han hecho lo que les ha apetecido realmente. Así en el espléndido “Broken Lines” (Cooking Vinyl / Popstock!) tenemos mucho rock progresivo de altura y con riesgo. No se marcan ningún tipo de limitaciones a la hora de afrontar canciones como la estupenda “Adapt or die” que abre el disco de manera aplastante, guitarrera y a toda velocidad. Gran duelo de guitarras ya en ella. “Crucifixion” te clava a tu asiento por su ritmo pesado y contundente que viaja del hardcore al rock más poderoso. “Blood moon” fue el primer single y es uno de los temas más melódicos y fáciles de escuchar. “Back to the light” es épica y oscura un poco a lo The Cult, pero luego las guitarras tienen momentos hasta cercanos al funk y al sonido de The Dillinger Escape Plan. Además aquí pone su voz Juliette Lewis que era la destinada a ser la cantante en un primer momento, pero creo que hemos salido ganando con la presencia de DuVall. Un DuVall que brilla en un buen lento como “All we have is now” que se acerca al lado más grunge, aunque está muy bien en todo el trabajo. Vuelven a la senda más rítmica y cercana al funk, con mucho rock en una “Everyone gets everything they really want” en la que también brilla Weinman con los teclados. El lado más a lo The Mars Volta sale en la psicodélica “Fragment & Ashes” y el progresivo y cañón a lo Mastodon en más momentos. Por ejemplo en el intenso y épico final de 6 minutos con grandes guitarras y genial melodía vocal del tema “Broken lines”. ¡Desde luego estos rompen bien con etiquetas y mucho más, lo cual nos hace desear que no quede en una aventura pasajera!. (9)
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