¡Qué difícil es definir la música del sexteto madrileño Forastero!. Pero al mismo tiempo qué fácil es disfrutar de su música sin fronteras si no se tienen prejuicios de ningún tipo. Ellos no los tienen, lógicamente, cuando se internan sin ningún tipo de rubor en el free-jazz, la electrónica, el rock instrumental, los ritmos africanos o las bandas sonoras. Claro que lo tienen muy fácil con expertos músicos como sus tres Javier-es, Colís, Díez Ena y Gallego. Ellos y los restantes miembros han militado en Demonios Tus Ojos, Dead Capo, Ginferno, Los Saxos del Averno, Insecto, Las Malas Lenguas u Ogun Afrobeat. Y eso que antes de este flamante y esperado debut les dejó Abraham Boba para enrolarse en los merecidamente exitosos León Benavente.
Comienzan con el tema titular y “Frenesí” en un frenesí de rock instrumental con vientos brutales y el muy presente saxo barítono de Daniel Niño. Su versión del “The Box” de Orbital es una pasada y suena de miedo para una película de acción. En “Dormíamos, Despertamos” las guitarras de Colís emulan a Ennio Morricone pero llevándolo a terrenos rock. Emocionan con su soul noir en su homenaje a los Morphine con “Morfina” y se asalvajan con un “Baile Watusi” vibrante con guitarras y saxo barítono brutales. Luego nos dan un poco de tregua en “Por la calle de la amargura”, uno de los pocos momentos para la calma de nuevo con brillantes guitarras de Colis. Bordan también el “Medicine Man” del pianista jazz Roger Webb y se acercan todavía más al free-jazz de Ornette Coleman o Sun Ra en la final “La balada del hueso lamido”. Hasta la portada es una joyita obra del gran Alberto García-Alix. ¡Merecen una mayor acogida popular porque son unos monstruos!. (8,5)