Hoy queremos compartir con vosotros la historia de Greg Carroll, hermano del icono del skateboarding Mike Carroll, a quién su recorrido vital le ha llevado de ser uno de los principales innovadores en este negocio a retirarse y llevar una vida plenamente dedicada a ayudar a los demás a través de su espiritualidad. La historia de Greg comienza con una familia desestructurada en la que a muy corta, 17 años, se tuvo que hacer cargo de si mismo y de su hermano pequeño Mike de tan solo 13. Su manera de pensar y de actuar le llevaron a introducir cambios muy relevantes dentro de la industria del skate, desafiando los estándares establecidos y renovando la morfología de las tablas hacia la que ahora mismo conocemos. En el año 98, el fundador de Thrasher Magazine y la distribuidora Street Corner Distribution Fausto Vitello le ofreció crear su propia marca y de ahí nació la archiconocida marca Think. Todo este éxito le paso factura y acabo desarrollando una adicción importante a las drogas de diseño que acabaron por inducirle a un estado de depresión severo. Como el luchador nato que es, superó su adicción y consiguió volver a remontar el vuelo creando Empire, una compañía que nació en 2006 con la intención de mediar entre los distribuidores, y con la que acabó introduciendo mas cambios en el anquilosado modelo de negocio del mundo del patín. Pero la subsiguiente crisis que estalló alrededor del año 2008 hizo que este negocio también se tambaleara, y eso, junto a diversos problemas de índole personal, le llevaron al cierre de Empire y a comenzar otra exploración laboral con inciertos resultados. Su circulo cercano le animo a desarrollar una de sus facetas mas prominentes durante toda su vida, que no era otra que la de su inclinación natural a ayudar a las personas, lo que le llevo a empezar a estudiar con ancianos nativo-americanos, y un cierto numero de filosofías orientales destinadas a curar el espíritu. Al comienzo de esta nueva carrera volvió a sufrir un severo varapalo cuando la situación familiar con su madre se hizo insostenible y, para colmo, sufrió un accidente que le destrozó ambas rodillas. Tras una etapa angustiosa en la que el mundo del skateboarding se volcó para ayudarle, Greg ha acabado convirtiéndose en un reputado consejero espiritual, al que le pide ayuda un elevado número de importantes cargos directivos en multitud de empresas, y, parece que esta vez de forma definitiva, ha conseguido alcanzar la paz de espíritu que ha estado persiguiendo toda su vida.

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