Diversidad, movimiento, amistad, cerveza, arte, risas…
Eso es lo que se celebra en el Copenhague Open, un evento al que cada año que pasa más personas de todo el mundo aterrizan en la ciudad para disfrutar de su pasión: El skate.
Si vas con una cámara es difícil decidir que quieres capturar… Cada día, el evento va moviéndose a diferentes localizaciones, y en cada una de ellas hay diferentes spots dónde sucede de todo. Miras a tu alrededor y hay mil opciones para fotografiar.
Así que lo único que quieres es tener más de dos manos para poder hacer mil fotos a la vez.
Por eso en mi caso este año en vez de fotografiar el mejor truco, o el campeonato en sí, decidí hacerle fotos a lo que para mi es la esencia del CPH OPEN: Las personas.
Y es que son días que lo que se prioriza y se festeja va mucho más allá del skate.
Va de la unión de la gente, y de sentirte parte de una comunidad dónde lo que menos importa es la competición.
Es una oda a la amistad y al disfrute de la vida, y al final… Lo que lo hace posible es la espontaneidad y la energía de la gente que va a ella.
















