Todo aquel que venga escuchando el excelente catálogo del sello Lovemonk en la última década habrá visto el nombre del saxofonista y flautista británico Chip Wickham en muchas de sus mejores referencias. También ha podido disfrutar de varios de sus jugosos singles ideales para pinchar como hacen fans declarados de él como Gilles Peterson, Matthew Halsall o Lefto y lo están haciendo con su auténtico debut en solitario, “La Sombra”
Además de tocar en muchos destacados trabajos de Lovemonk también ha tocado en el último cuarto de siglo con Badly Drawn Boy, The New Mastersounds, Malena, Roy Ayers, Rae & Christian, The Pharcyde, Fingathing o los fantásticos Nightmares On Wax. Pero Chip quería ir más allá y firmar un disco propio para rendir homenaje a sus héroes musicales comenzando por Roland Kirk y Yuseef Lateef. También ha trabajado a menudo con su paisano trompetista Matthew Halsall y vuelve a hacerlo en este buen disco.
Su base es el jazz y el funk, pero no le hace ascos al soul, al acid jazz, la electrónica, el hip hop o los mejores sonidos latinos cargados de Groove. Paradójicamente, tras años asentado en Madrid, y cuando nos entrega este pausado debut de 7 extensos temas, se traslada a vivir su futuro musical a Dubái. Antes lo presentará debidamente aquí y será una experiencia escuchar como transforma clásicos como “La leyenda del tiempo” de Camarón. También gozaremos con su acercamiento a los mejores tiempos de Freddie Hubbard en Blue Note, como sucede en ese fantástico single lleno de groove que es “Red planet”. Por cierto que la bonita presentación del disco tiene un art-work claramente inspirado en los discos más clásicos de Blue Note.
Pero este precioso disco comienza con puro y sensual jazz a base de sus flautas y el fantástico y evocativo piano de Gabriel Casanova en el piano con el tema titular. En “Sling Shot” se sale con su fantástico saxo tenor. “The Detlour” es una delicia con auténtica magia en la sección de ritmo formada por David Salvador y Antonio Pax, quien por cierto, en algunos momentos, nos deleita con su espléndido vibráfono como ocurre en ese remanso de paz y relax titulado “Pushed too far” o en esa bomba de sensualidad a cámara lenta titulada “Tokyo Slow-Mo”. ¡Con discazos como este y su enorme calidad musical será bien recibido donde quiera que vaya!. (9)