Aunque muchos crean que los Bush, por su nombre, por su sonido y por su repercusión popular, un grupo estadounidense, el caso es que son del mismísimo Londres. Se formaron hace un cuarto de siglo y pronto alcanzaron con sus sonidos grunge un gran éxito y repercusión en los USA. De hecho, con su segundo disco, “Razorblade Suitcase” consiguieron el número 1 en Billboard, algo que también repitieron con alguno de sus singles de aquella década. Una década en la que vendieron más de 10 millones de discos sólo allí. Consiguieron, junto a los Silverchair o Candlebox dar una nueva fase de popularidad para el fenómeno de Seattle.
Lo dejaron tras su cuarto disco hace 15 años y regresaron reformados esta misma década. Su líder, Gavin Rossdale, mientras, estuvo en otro proyecto popular como fue Institute. En este regreso “Black And White Rainbows” es ya su tercer disco y la repercusión, lógicamente, no ha sido la misma. Ahora traen otro nuevo disco más que correcto con bastantes buenos momentos, aunque también pueda pecar de excesivamente largo y algunas canciones no aporten demasiado. Empieza my bien con el single “Mad love” con una de sus buenas melodías características y esos toques épicos que engrandece Gavin con su voz y que la buena producción eleva aún más. Su voz brilla también en un buen lento de maneras muy Pearl Jam como es “Lost in you”. Todavía más emocionante, con magnífico melodía y estribillo es “Sky turns day glo” que deja paso a otro buen estribillo en castellano como es “Toma mi corazón” que tiene un cierto aire, para mí, al Peter Gabriel de los 90. También “All the worlds within you” es otro destacada y muy melódico tema lento. También las letras, que vienen en el amplio y cuidado libreto, tienen su interés. Otro posible single es “The beat of your heart” en el que ayuda en la producción Bob Rock y “Ray of light” tiene otra buena melodía calmada y ciertos aires, en la voz de nuevo, a Peter Gabriel. El tema más lento, y uno de los más bonitos, “The edge of love” se guarda casi para el final y es otro buen momento que hace reavivar un poco el interés de un buen disco en líneas generales que acaba con otro buen lento con guitarras calmadas al estilo U2 con el título de ‘People at war’. (7,5)
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