Son difíciles de catalogar los muchachos de este trío irlandés. Son amigos y se juntaron hace un montón de años cuando eran tan solo unos críos y ahora es que debutan con un disco muy pensado y surgido con toda la calma del mundo. Se habla de folk, indie-rock, art rock y hasta de ciertos toques en guitarras y percusiones de post-rock y math-rock.
Al frente del cotarro está la buena voz y la guitarra de Micheál Keating, pero también tienen mucha importancia los sintetizadores, samples y coros de Brendan McInerney. Ellos mismos se han producido pero les ha ayudado en las trabajosas mezclas David Wrench, que ha trabajado con Caribou o FKA Twigs.
El año pasado ya dieron un importante salto cualitativo con su segundo EP, titulado “A Hallucination“. Realmente una alucinación que fue muy bien recibida por la prensa irlandesa y hasta por la generalista. Por cierto que han decidido recuperar esa pequeña sinfonía de más de 8 minutos que viaja de los Beach Boys a los Beach House pasando por The Who (“Quadrophenia“) y Animal Collective. Tiene hasta una mágica parte con el saxo como protagonista. Pero antes hay un cálido arranque con “Frozen” con acústicas y voces y sonidos de la naturaleza. Hay algo en la engolada forma de cantar de Keating que recuerda a Morrissey. Así que en “O happy happy happy”, y otros momentos, me recuerdan algo a The Smiths, pero sonando más sulfúricos, alocados y psicodélicos. “Anything you want” es una melodía épica y elegante un pco al estilo de las de The Divine Comedy o The Magnetic Fields. Otro momento de real esplendor lo pone la excelsa “Sister” con un estribillo encantador y una melodía repleta de detalles sonoros que la hacen más reluciente aún. Finaliza también con la exquisita melodía de “Song with no meaning” que a ratos tiene unas impresionantes explosiones sonoras también cargadas de psicodelia actual. ¡Creo que se merecen que les sigamos su reguero de sangre!. (8,5)

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