Nadie queríamos enviar nuestras naves contra los elementos, pero así es la meteorología. Más aún en Gasteiz. El viernes parecía que teníamos todo en contra, pero el rock’n’roll y el espíritu del Azkena Rock consiguieron superar todas las adversidades. Ya a priori el cartel del sábado parecía muy superior, sobre el papel, con respecto al del viernes. A eso se sumó la incesante lluvia, algo de frío y viento para que costará un poco más entrar en ambiente.
Pero si Bob Dylan ya cantó hace años “Shelter From The Storm”, el espíritu del Azkena, que lo convierte en el mejor festival de rock’n’roll probablemente del mundo, también consiguió levantar un plomizo cielo y un ambiente húmedo y frío. Llegamos sin las ropas y calzados adecuados (además no dejaban meter los paraguas) pero aún con ello quisimos acercarnos a ver los últimos momentos de la actuación del combo ganador de metal en el último Villa de Bilbao, The Flying Scarecrow. Se entregaron, la gozaron y contagiaron a los todavía escasos presentes Luego teníamos ya un buen plato con el potente blues-rock entre Cream y Johnny Winter de Jared James Nichols. Cumplió entre la espesa lluvia y demuestro que esculpe tan bien las guitarras de su guitarra eléctrica como los músculos de su fornido cuerpo. Es de esas actuaciones que se disfrutan más en sala pequeña, pero la cosa comenzó ya a fluir. Tenía muchas ganas de escuchar a Daniel Romano y no me defraudó en absoluto. El canadiense se marcó un buen show que oscilaba entre aromas de lo que se dio en llamar Nuevo Rock Americano (NRA) y otros sonidos de raíces más clásicos. Así cuando le hacía voces su guapa guitarrista conseguimos acordarnos del Bob Dylan del “Hard Rain”, pero también en los momentos más campestres de los mejores momentos de Gram Parsons & Emmylou Harris. La gente se quejaba del sonido, con algo de motivo, pero no del todo. En general se oyó mejor que en pasadas ediciones y si te acercabas cerca de los escenarios se oía más que decentemente y a buen volumen, aunque te empapabas, claro. Sí es cierto que en la distancia de las carpas que te protegían de la lluvia no se escuchaba más que una amalgama de sonidos con mucho eco, pero sin matices ni volumen. Lo mejor del viernes llegó a continuación con ese espectáculo escénico que trae el imparable Ty Taylor y sus Vintage Trouble. Muchos les achacan que no tengan un gran repertorio. Hay algo de cierto en ello, pero también lo hay en el hecho de que su fusión entre James Brown y hard rock funciona a las mil maravillas en vivo. Lo dejaron todo y si no te importaba mojarte o desteñirte la ropa (si ibas camuflado en esos sombreros naranja de propaganda que era nuestra única protección contra los elementos) pudiste disfrutar de una gran y divertida actuación. También estuvo realmente impactante y conseguido el arranque de Los Brazos. La verdad que el cuerpo te pedía seguir disfrutando con ellos pero llegaba uno de los momentos del día con Lucinda Williams.
Lucinda Williams
No sé si por congregarse más número de gente o porque otro misterioso motivo la cosa comenzó a sonar peor. Esperábamos mucho más de Lucinda y parece que a ella también le costó calentar y hasta acordarse de lagunas de sus propias letras. Fue mejorando algo su espíritu, también ayudada por su magnífico guitarrista y hubo momentos buenos como “Drunken Angel” o “Foolishness”. Había que comer algo antes de enfrentarse a nuestra siguiente elección, los Blackberry Smoke y eso hizo que gozáramos del impactante final de la Lucinda con el “Keep on rockin’ in the free world” de Neil Young, pero ya en la distancia. ¡Vaya rabia! Pareció momento realmente bonito. El southern rock de Blackberry Smoke, entre The Black Crowes y The Allman Brothers Band, nos enganchó desde el principio a pesar de no contar con excesiva originalidad. Es uno de esos grupos que siempre tiene que haber en un festival como el Azkena. Tuvieron mucho ritmo y espectáculo, algún buen lento y hasta un muy divertido y coreado “Three Little birds” de Bob Marley & The Wailers. La pena más grande del día fue para mí el concierto de Hellacopters. Ahí si que el sonido estuvo flojo aunque estuvieras en las primeras filas como era nuestro caso. Se suplió en parte este importante fallo con la gran entrega y presencia escénica de Nicke Royale y, sobre todo, de un desatado Dregen que hubiera sido sensacional oírlo como Dios… o el diablo manda. Ni el deficiente sonido nos impidió gozar con la enérgica despedida con “(Gotta get some action) Now!”. Gozó más la banda que el público y por eso Royale agradeció con coña a Primal Scream el poder regresar a las campas de Mendizabala.
Como ya habrás comprobado en párrafos atrás no nos gusta nada el no poder ver los conciertos completos o tener que perderse algunos de ellos. La elección siguiente era muy fácil, aunque fue equivocada. Escogimos a Danzig por ser actuación única en Europa y porque su rival, Luke Winslow-King tocaba a la mañana en la Plaza de la Virgen Blanca. Muy mal de voz, a ratos afónico, muy mal de sonido, sólo le salvo su enorme oficio y que, dentro de lo que cabe, no se guardara casi ninguna de las pocas fuerzas que parecen quedarle en la actualidad. Si no eras un devoto de su metal gótico, poco pudiste disfrutar en una actuación así. Remataba la jornada una propuesta novedosa y polémica. La película “Gutterdämmerung” con el cachas de Henry Rollins haciendo de cura narrador. Buen sonido y mejor calidad de imagen con la banda tocando detrás de la pantalla y con salidas ocasionales por delante de músicos y actores. La historia con guitarras míticas y mensaje anticlerical no es que sea una maravilla pero se deja seguir con agrado. Más aún cuando aparecían mitos del rock’n’roll vivos, como Iggy Pop o Josh Homme, y difuntos, como Lemmy. Impagable con su verruga y su mala hostia conduciendo un tanque arrollador como lo era él. Otro punto guapo del show fue la pirotecnia que nos sirvió también para calentar nuestros húmedos y encogidos cuerpos. Algunos más de 12000 espectadores fueron quienes gozaron de esta primera jornada.
Henry Rollins
Tras algún “zurito” refrescante el sábado arrancó con un subidón como el de Luke Winslow-King en la Virgen Blanca. El numeroso público con ganas de marcha y de alabar la belleza del de Nueva Orleans. Su música más orientada que nunca hacia el blues con unas peleas a la guitarra junto a su hacha italiano, que hicieron las delicias del respetable. Tras una merecida, buena y bien regada comida volvimos al mejorado recinto con todas nuestras expectativas por todo lo alto. También las del público que superó las 18000 almas y que han hecho que sea el Azkena más multitudinario de los últimos años. Nos gustaron mucho lo que vimos de Sumisión City Blues y de The Milkyway Express. Otra vez los malditos solapes no nos permitieron ver como hubiéramos deseado a los Raveneye o, sobre todo, a unos The Vintage Caravan, encarecidamente recomendados por un experto fanático venido de Cangas. ¡Tomamos nota para próxima gira a cubierto! Toda esa desazón se olvidó de repente con lo que vino después. ¡Vaya descarga continuada de adrenalina y sin parar. Radio Birdman, a pesar de la hora temprana (para su enorme calidad) fue uno de los conciertos del festival. Salvajes y arrolladores de principio a fin nos hicieron vibrar como posesos. El descomunal “T.V. Eye” de los bises no lo hubieran hecho mejor ni los mismísimos Stooges con los hermanos Asheton. The Scientists con un gran Kim Salmon también me gustaron en lo poco que puede verles, pero es que mis dos grandes acompañantes también querían ver a Imelda May. No me arrepentí de seguirles porque fue también otro buen momento con mucha entrega y simpatía, además de con un buen montón de buenas canciones.
Luego tocaba otra elección, pero en este caso no era nada difícil ya que me encanta Lapido y no había podido ver nunca hasta la fecha a los 091. Todo lo que había leído sobre su regreso por adelantado no hacía más que presagiar algo bueno y vaya si lo fue. Gran sonido, magnífico repertorio y enganche total desde la inicial “El baile de la desesperación”. Otro momento grande fue “¿Qué fue del siglo XX?”. Desde entonces no habían tocado los 091 y parece ser que se irán como han regresado, pero sería una pena porque han demostrado que tienen alma y espíritu para seguir entre nosotros. Yo estaría encantado de verlos en un bolo de dos horas solo para ellos y así poder disfrutar de ese gran montón de canciones que nos dejaron. Su eterno punto de contacto con The Clash no es gratuito en absoluto. ¡Son un gran equivalente a lo que los de Strummer significaron y siguen haciéndolo!
Radio Birdman
Pero llegaba el momento de la verdad. Por asuntos que no vienen al caso no disfruté de la actuación de los Who del 2007 como esperaba y me hubiera gustado hacerlo. Además me acompañaba un gran y joven fan de la banda como es mi hijo y eso hacía la ocasión todavía más especial. También quiero destacar que eran bastantes los espectadores de las primeras filas con edades juveniles. Para mí siempre fueron más importantes The Who que los Beatles y los Stones. Unos muy en forma y entregados Daltrey y Townshend comenzaron con sus clásicos de esta gira que celebra sus 50 años de nada en el asunto. La hora y media de concierto con temas obligatorios como “I can’t explian”, “Substitute” o esas preciosidades casi antagónicas que son la enérgica y punk “My generation” y la melódica y pop “The kids are alright”, se nos pasó en un santiamén. Los chicos estaban bien y los no tan chicos también. Me encantaron momentos relajados como la preciosa “Behind blue eyes” o esas increíbles armonías vocales de “You better you bet” o “Who are you?”. La emoción y la épica llegó a lo máximo con la preciosidad “Love, reign o’er me” y también nos emocionaron con sus proyecciones en las pantallas gigantes con temas de “Tommy” y “Quadrophenia”. De todas formas su LP más completo para mí siempre ha sido “Who’s Next”. Por eso, acabar con “Baba O’Riley” y “Won’t get fooled again” fue otro acierto y una gozada ver a la gente entre lloros de emoción y sonrisas de felicidad inenarrables. Algunos nos quedamos ya flotando hasta finalizar el festival.
Luego, seguidos por el tema de la nostalgia elegimos a Marky Ramone aunque oímos algo de lejos a Refused y parece que lo hicieron también realmente bien. Algunos tildan de verbena lo que hizo Marky. No estoy de acuerdo en absoluto. Entrega al máximo, repertorio imbatible y como dice él, tiene todo el derecho del mundo a hacer estas canciones pues estuvo con ellos durante más de 1500 conciertos. Entre algunos locos más lo llevamos encima de los brazos y por encima de las vallas y parecía que tan solo pesara unos pocos gramos. En los bises se subió Pela de Sumisión City Blues y el “Blitzkrieg bop” sonó a delicia pura. Eso sí, luego se nos vino todo el cansancio y la paliza encima. Vimos un cacho de la actuación de los renacidos Supersuckers con un Eddie Spaghetti que parece totalmente recuperado. Hubo más country que punk pro en ambos puntos se mostraron como una gran y compacta máquina. Además ya están anunciadas las fechas para la próxima edición y tras intercambiar comentarios con amigos, creo que estaremos algunos más en la próxima edición para celebrar una rockera hoguera de San Juan. ¡Gracias también a nuestra chófer y lideresa Aura por llevarnos y traernos y por aguantarnos! Las pocas horas de descanso tenidas y en su coche, hacen que hoy tengamos el cuerpo realmente baldado, pero el alma y el espíritu están realmente alright como los de “The kids”. “¡Ella nos dijo que fuéramos y el rock’n’roll nos dio cobijo contra la tormenta!”.
Vintage Trouble
The Who
The Who
The Who
The Flying Scarecrow
The London Souls
Supersuckers
Sex Organs
Refused
The Milkyway Express
Marky Ramone
Luke Winslow King
Los Brazos
Julian Maeso
Jean Beauvoir
Jared James
Imelda May
The Hellacopters
The Hellacopters
Daniel Romero
Cobra
Blackberry Smoke
AZKENA ROCK