Cuando a alguien lo declaran como leyenda en el mundo de la música, a veces no suele ser demasiado bueno. Muchas de ellas están bastante olvidadas. Antonio Smash es una de ellas y también ha estado bastante arrinconado a pesar de no haber dejado nunca de trabajar. Él fundó los precursores del rock andaluz Smash, en los 60 y estuvo junto a Manuel Molina de Lole y Manuel, con los que trabajó después. También lo hizo con otra leyenda como Silvio y en Pata Negra, con los hermanos Amador.
Ahora vuelve a la palestra magníficamente acompañado y se marca un interesante disco que puede gustar por igual a los seguidores de Smash que a los de Kiko Veneno o Tabletom. De hecho colabora con una de sus estupendas letras Kiko Veneno en la inicial “Dr. Man” que suena a Kiko y en la que destaca el saxo del “Pepillo”. En “Pásala” se marca un rock-hop con la guapa armónica de Manolo Arcos. Su amigo Dogo, de Dogo y Los Mercenarios, también le ayuda con algunas letras. Es el caso de “Panes y peces”, un rock flamenco desenfadado en el que juegan con dichos populares a ritmo de Smash y Tabletom, aunque luego tiene exquisitos momentos melódicos y los espléndidos punteos de Pedro G. Mauricio. Me encanta “Eterno retorno” por la historia y porque lo toca todo él solito y hasta con unos guapos sintetizadores de cuerdas. La melodía es preciosa y la única ayuda en las voces de Lourdes Rodríguez, una gozada total. Dogo hace también la letra del estupendo lento “Ad infinitum” en la que ahora brillan los punteos de Luis Martínez. Se despide con “Mirando atrás”, un buen instrumental con la excelente armónica de Manolo Arcos al frente. Anda por ahí presentándolo con su innata gracia y si puedes debieras ir a disfrutarlo. (7,5)

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