Ruben nace en una pequeña ciudad situada en los Países Bajos. Sintió desde que era pequeño la llamada apremiante de mudarse a vivir a una ciudad más grande y cosmopolita, ya que según nos cuenta: “No me sentía como en casa y quería vivir en la ciudad porque sentía que las personas de las ciudades pequeñas tenían una mentalidad más limitada y no sucede nada al lado de las vacas que pastan hierba”. Como vemos, Ruben lo tenía muy claro desde sus inicios.
Probablemente fueran estos primeros años de su vida los que le sirvieron para abrirse a mundos desconocidos que, a día de hoy, materializa en sus obras. Formó parte durante un tiempo de una banda de metal experimental de la que se aburrió pronto; conoció el alcohol y los psicotrópicos. El primero le sirvió para convertirse en un ser extrovertido y los segundos para expandir su mente “hacia la exploración de mundos sagrados”, según nos cuenta.
Contempla el arte como un modo de expresión interna, una suerte de sanación o, auto-sanación, ya que a través de la creación artística se produce la transformación de tu ser más íntimo. Por ello, para Ruben la creación es auto-conocimiento de uno mismo. Cuando era pequeño dibujaba constantemente figuras y mundos que no comprendía, pero que aliviaban su ausencia de palabras e introversión. Actualmente se dedica a la ilustración autónoma y tal y como nos cuenta, su forma de trabajo es la que sigue: “En mi último proyecto, estoy usando la cuadrícula isométrica, que lleno con una imagen visual que procede de mi cabeza. Luego comienzo a agregar formularios que se relacionan como si fuesen una tela de araña o un mandala”.
Ruben toma a los seres del mundo como entes que están en continua transformación; es decir, en movimiento. Según nos cuenta, es este uno de sus mayores secretos. O dicho con otras palabras: una de sus mayores armas es la de ser consciente de que estamos renovándonos constantemente. Cada día, cada segundo que corre es una nueva forma de estar en el mundo y esto Ruben lo tiene muy claro: “Una rana sale de un huevo, comienza a nadar con la cola, le crecen patas y manos y sale del agua hacia la tierra. Sigue siendo el mismo ser en diferentes formas. Los humanos tendemos a decir: “Esto es lo que soy”, mas no tenemos una forma sólida. Todo sobre nosotros cambia con el tiempo”.
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