Dicen que cuando deseas algo con mucha fuerza acabas consiguiendo lo que quieres. No sé si eso es tal que así, pero si aparte de desearlo, pones todas tus ganas e ilusión, te equivocas una y mil veces y no tienes miedo a seguir equivocándote, al menos te aseguras ser feliz con lo que haces. Monster Surfboards comenzó con ese espíritu, no sabían hacer tablas, pero querían hacerlas. Y lo consiguieron. Las tablas Monster son hoy piezas únicas con una excelente construcción y un aporte extra de creatividad, pues su original y particular estética las hace totalmente reconocibles. Nunca esta todo dicho en el mundo del surf, prueba de ello es Monster Surfboards, combinaciones de colores rompedoras o mezcla de tintes y telas como el encaje no son lo habitual en una tabla de surf, pero es lo que las hace diferentes, con personalidad propia, como la de su creador.
Me llamo Edu y hago tablas de surf, entre otras muchas mierdas. Tras la multitud de vueltas que da la vida, actualmente vivo en Salinas, no muy lejos de donde nací, cosas del destino.
No sabría decir bien dónde, cuándo y cómo empezó mi relación con el arte y con todo lo que ha hecho que hoy esté aquí hablando de lo que hago en esta revista. Supongo que, aunque las matemáticas también se me daban bien en el colegio, acabé en Bellas Artes sin pensarlo demasiado. ¡Yo lo llamo suerte!
Luego, una cosa lleva a la otra, cuando te propones hacerte tu propia tabla, lo ves difícil, pero no imposible… y le coges el gusto enseguida.
Yo intento hacer tablas para gente que ni tiene, ni quiere tener un surfing de competición; gente que quiere probar cosas nuevas y, sobre todo, que cree que no está todo dicho en cuanto a estética en el surf se refiere. En mi tiempo libre fabrico engendros, no hay nada que me guste más que explorar los límites de lo surfeable. ¡Estoy seguro que esto me llevará a la quiebra!
Pero yo quiero conseguir algo muy sencillo: que la persona para la que hago una tabla sea un poco más feliz con ella y con las sensaciones que le produce. Un concepto simple y llano, pero no por eso, menos importante.
Por lo demás es difícil creer que el arte ha cambiado o cambiará el mundo mucho más allá de esos conceptos sencillos.
Yo intento cambiar lo que tengo a mi alcance, la verdad es que cada dos meses hago alguna tabla a sabiendas de que va a rozar lo insurfeable… Pero, no sé, me atrae construir objetos por su forma, ya me pelearé luego en el agua.
Me inspiro en la imaginería del cine de terror, desde los clásicos de la Hammer hasta la serie Z francesa de los 70, que tiene tela… También encuentro mucha inspiración por internet: desde gente que hace unas tablas alucinantes, hasta las cosas más locas que te puedas imaginar. Es como una fuente de energía inagotable!
Aunque bebemos la inspiración de otras fuentes como la música. Me gusta Lady Gaga, Inmortal, Chemical Brothers, Los Rivieras, Toots and the Maytals, Eddie Vedder, Hecated Entroned, Justice, José González… Eso sí, cada uno para su momento apropiado. Creeme si te digo que he hecho mierdas infernales por alterar ese orden lógico.
Y, aunque suelo tener más pesadillas que imágenes idílicas en la cabeza, también me inspira pensar en derechas lo suficientemente mecánicas como para poder cometer errores sin tener la sensación de que has perdido la ola de tu vida. El surf te da todo lo bueno y todo lo malo.
También el arte, aunque a estas alturas estoy muy lejos del mercado especulativo del ARTE, con mayúsculas. El que de verdad funciona, el que es realmente digno, no necesita envoltorios ni contextualizaciones que fijen su identidad. Y por supuesto, está en cualquier sitio, pero nadie lo apunta con el dedo.
Y me gustaría terminar esta entrevista hablando del surf, que es lo que me ha traído hasta aquí y lo que me ha acompañado más tiempo en mi vida. El resto de cosas vienen y se van. Pero el mar siempre esta ahí. Lo que no se, si para bien o para mal ¡Todavía tengo los pies fríos del ultimo baño! Ojalá me gustara más el ping-pong o tuviera algún otro talento deportivo.
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