Nacido en Barcelona, Marc Durà se declara un apasionado por el mar Mediterráneo. Se trata de un mar pequeño con un encanto especial y, sin duda, Marc lo conoce: “El mediterráneo es un mar muy caprichoso, lleno de pequeños rincones, esquinas y lugares abandonados, dónde unas pocas veces al año rompen olas perfectas sin que nadie pueda atestiguarlo. Mi motivación es ser ese testigo. Comprender y predecir éste mar”.
La implicación que el fotógrafo tiene con el mar se materializan con imágenes íntimas y trascendentales: “La espera, las miradas perdidas en el horizonte, la luz del atardecer sobre los pinos en la playa, las caras de felicidad al remontar después de una buena ola”, nos dice Durà. Y no sólo podemos ver en su obra este tipo de fotografías, sino que las olas y los line-up, donde vemos a los surfistas esperando a que llegue la ola perfecta, también tienen mucho protagonismo.
El barcelonés afirma que gracias a sus proyectos fotográficos ha visto rincones de costa sólo aptos para afortunados y buenos conocedores de la zona. Y aquí es, nos confiesa, cuando se le presenta el dilema: “El eterno diálogo interno de cuando puedes publicar una foto y cuando no. Al fotografiar lugares atractivos y guardados en secreto, no siempre puedes enseñar la parte más bonita de una ola o de la costa para no dar muchas pistas. Hay que tener respeto por el lugar y por la gente que lo frecuenta con discreción”.
Durà, que fotografía tanto en digital como en analógico, está actualmente trabajando en un proyecto visual que recoge sus últimos viajes por la cosa mediterránea italiana, todo en 35 mm.
Y para desvelar un poco más sobre este fotógrafo, un par de curiosidades: cuando le preguntamos por el track que más se repite en su cabeza, nos habla de “House built for two” de la banda californiana Delta Spirit; y si indagamos cuál es su comida preferida, el menú es fish burritos, milanesa napolitana y pasta alle vongole. Bon appétit y bon surf!
www.marcdura.com