Manu nos muestra su realidad, y su realidad es el skate, el surf, y sus colegas. Todo a través de la lente de una cámara de 35mm y con una mirada sencilla y algo retro hacia la vida urbana en la actualidad.
Soy un chico nacido en Mallorca que se vino a vivir y a aprender a la gran ciudad. Mi educación viene de padres muy viajados, se conocieron en Baghdad y acabaron en la isla.
Me dedico a fotografiar lo que ocurre a mi alrededor, a mi gente y los momentos felices de la vida. Pero me encanta la foto de producto. Intento trabajar en 35mm ya que la textura y la sensación que produce a la vista es completamente distinta. Nunca fui un chico de muchas palabras y la fotografía es una gran forma de contar historias.

Me preocupo de cuidar mucho la iluminación y de elegir la película correcta para cada tipo de situación.
Ahora mismo estoy trabajando en un pequeño fotolito autoeditado titulado: “LA NAVE: óxido y telarañas”, sobre la desindustrialización del norte español a nivel familiar.
Unas fotos que tuve que hacer de niños es lo más difícil a lo que me he enfrentado, pero en mi opinión siempre puedes darle una vuelta a una la idea y transformarla cuando te quedas atascado.
La calle es lo que más me inspira, me encanta la bici y Madrid, pasear y descubrir. También mis amigos y la vida que llevamos.

No tengo un personaje favorito en particular. Me rijo por un proverbio chino que dice: “Las tumbas se abren a cada instante y se cierran para siempre” así que intento aprovechar el tiempo.
Mi canción favorita es “Poetic justice” de Kendrick Lamar ft. Drake. De comida sin duda pizza.
Puede que la empatía sea mi talento secreto y eso quizás haga que la gente confíe en mi un poco más a la hora de fotografiarles.
Depende de cómo me quiera relajar, si quiero estar solo, café caliente y música en la terraza. Cuando quiero estar con la gente que me importa nada mejor que compartir risas y cerveza en Amor de Madre.












